“Amados, no os sorprendáis por el fuego que arde entre vosotros para poneros a prueba, como si os aconteciera cosa extraña. 1 Pedro 4:12
Leí que un sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una pequeña isla. Luego de mucho trabajo logró hacer una pequeña cabaña en donde podía descansar y sentirse seguro. Un día, al regresar de pescar encontró su cabañita envuelta en llamas.
El fuego era tal que no pudo detenerlo y perdió todo lo que había hecho y almacenado después de largos meses de trabajo. El hombre se dejó caer en la arena llorando y gritandole a Dios con expresiones de disgusto. Le reclamaba a Dios que lo había abandonado y que luego de bendecirlo en la soledad de aquella isla le había quemado todo lo que tenia. –“Definitivamente, tú no eres un buen Dios y no sabes lo que haces,”- era la expresión que decía aquel hombre una y otra vez.
El fuego era tal que no pudo detenerlo y perdió todo lo que había hecho y almacenado después de largos meses de trabajo. El hombre se dejó caer en la arena llorando y gritandole a Dios con expresiones de disgusto. Le reclamaba a Dios que lo había abandonado y que luego de bendecirlo en la soledad de aquella isla le había quemado todo lo que tenia. –“Definitivamente, tú no eres un buen Dios y no sabes lo que haces,”- era la expresión que decía aquel hombre una y otra vez.
Al otro día por la mañana aquel hombre fue despertado por el sonido de un barco que había llegado hasta la isla para recogerlo. Cuando los marineros desembarcaron en un bote él les preguntó asombrado como supieron que él estaba allí. La respuesta fue, -“La señal de humo que hiciste.” La oración de aquel hombre fue entonces, -“Señor, gracias por quemar todo lo que yo tenía.”
¿Verdad que a menudo nos sorprendemos por el fuego que nos consume en nuestro diario vivir? Quizás pensamos que el fuego de la vida consume todo lo que tenemos, pero sería bueno pensar que Dios solo nos está probando para llevarnos a otras esferas de la vida abundante en Cristo. Aunque parezca que Dios está haciendo algo extraño en nuestras vidas al enviar pruebas de fuego, la exhortación divina es que no nos sorprendamos ¡Qué hermoso saber que el fuego viene de Dios y que este no es más que el comienzo de grandes cosas de parte de Dios! ¡Seamos pacientes, Dios responde después del fuego!
¡Amén!
Pastor Israel Cordovés, Jr.
Amen,cualquier cosa q se diga esta de mas.
ResponderEliminarMuy practica esta meditación. Es verdad que después de la prueba de fuego llegan las bendiciones de Dios. Solo hay que resistir.
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