La Adoración y la Alabanza (Parte 1 – La Adoración)


Samuel Mulet (Director de Alabanza y de Jovenes, Primera Iglesia Bautista Hispana de W.P.B)

Juan 4:23–24 “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”    

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I. INTRODUCCIÓN

1. Contexto de la enseñanza

   - Esta enseñanza forma parte de la Semana de la Música que la iglesia está retomando después de varios años sin hacerla.

   - Se ha decidido dedicar dos miércoles al estudio bíblico sobre adoración y alabanza:

     - Hoy (Parte 1): Enfocados principalmente en la adoración, con algunas referencias a la alabanza.

     - Próximo miércoles (Parte 2): Enfoque más específico en la alabanza y la música.

   - Muchas veces hablamos de:  “Culto de adoración” y “Tiempo de alabanza;” pero pocas veces nos detenemos a preguntarnos: ¿Qué es adoración? ¿Qué es alabanza? ¿Por qué lo llamamos así?

2. Preguntas que esta serie busca responder

   - ¿Qué significa adorar y qué significa alabar?

   - ¿Son lo mismo la adoración y la alabanza?

   - ¿Por qué adoramos o alabamos? ¿Cuáles son los motivos y las razones?

   - ¿Necesita Dios nuestra adoración y nuestra alabanza? ¿La necesita específicamente a través de la música?

   - ¿Por qué adoramos como adoramos en nuestra iglesia?

   - Hoy veremos más lo relacionado con adoración; el próximo miércoles veremos más alabanza y música.

II. CONCEPTOS BÁSICOS DE ADORACIÓN Y ALABANZA

A. Definiciones generales (diccionario de español)

1. Adoración

   - Sustantivo que indica la acción de adorar.

   - El verbo adorar (del latín adorare) significa:

     - Reverenciar con sumo honor o respeto a un ser, considerándolo como cosa divina.

     - Reverenciar y honrar a Dios con el culto religioso que le es debido.

   - En resumen: dar honor y reverencia a un ser superior.

2. Alabanza

   - Sustantivo: acción de alabar o alabarse.

   - También se refiere a la expresión o conjunto de expresiones con que se alaba.

     - Ejemplo: La frase “Cuán grande es Dios” es una alabanza.

   - Alabar (del latín adlabāre) significa:

     - Elogiar o celebrar con palabras.

     - Manifestar aprecio o admiración por algo o alguien, resaltando sus cualidades o méritos.

   - Resumen:

     - Adorar: dar honor y reverencia a un ser superior.

     - Alabar: elogiar o celebrar con palabras (u otras expresiones) lo que ese ser es y hace.

B. Definiciones teológicas (en el contexto cristiano)

1. Adoración (definición bíblico-teológica)

   - “Rendir el corazón y la voluntad ante Dios en reverencia, amor y obediencia, reconociendo quién es Él.”

   - No solo es un concepto, sino algo práctico:

     - Es rendir nuestro corazón.

     - Someter nuestra voluntad.

     - Hacerlo en reverencia, amor y obediencia.

   - La obediencia es clave: la mejor manera de honrar a Dios es obedeciéndolo.

2. Alabanza (definición bíblico-teológica)

   - “Expresar con palabras, música o acciones el reconocimiento de las obras y los atributos de Dios.”

   - Es algo más externo y visible:

     - Palabras

     - Música

     - Acciones 

   - Adoración: más interna e integral (corazón, voluntad).

   - Alabanza: más externa y visible (expresión).

C. Relación y diferencia entre adoración y alabanza

   - La alabanza es un componente de la adoración, su parte más visible y externa.

   - Generalmente se asocia a la música, porque cantar es una forma muy evidente de alabar.

   - Lo correcto es:

     - Cuando alabamos, deberíamos estar adorando también.

     - Pero es posible cantar y que el corazón esté en otro lugar.

   - Por tanto:

     - Adoración: concepto más amplio, profundo, interno.

     - Alabanza: manifestación externa de esa adoración.

D. Aclaración sobre el movimiento Praise and Worship

1. Origen del concepto erróneo

   - En los años 70–80 surgió en Estados Unidos un movimiento llamado “Praise and Worship”.

   - Promovido por grupos musicales (muchos de corte carismático).

   - Se empezó a enseñar que:

     - El culto debía comenzar con canciones rápidas (eso sería “alabanza”).

     - Luego seguir con canciones lentas (eso sería “adoración”).

2. Problema bíblico de esta idea

   - Se creó la teoría de que:

     - Canciones rápidas = alabanza.

     - Canciones lentas = adoración.

   - Esa clasificación no es bíblica.

   - La Biblia nunca asocia “alabanza” y “adoración” al ritmo musical.

   - Años después esta tendencia se extendió al mundo hispano, a través de ciertos cantantes y ministerios, y se popularizó. 

3. Corrección bíblica

   - Hay canciones rápidas y lentas, pero el ritmo no define si es alabanza o adoración.

   - La alabanza es una parte de la adoración, suele ser externa y visible.

   - La adoración abarca:

     - Música

     - Canto

     - Obediencia

     - Vida diaria

   - Por tanto, reducir adoración/canción lenta y alabanza/canción rápida es una mala aplicación y genera confusión.

E. La naturaleza interna de la verdadera adoración

   - La verdadera adoración ocurre esencialmente en el corazón, involucrando:

     1. Nuestro intelecto (mente):

        - Adoramos conscientemente, sabiendo lo que hacemos.

        - No se adora “por inercia” ni “sin querer”.

     2. Nuestros afectos (emociones):

        - Las emociones participan en la adoración.

        - No son lo único ni lo más importante, pero sí forman parte.

     3. Nuestra voluntad:

        - Adorar implica decidir obedecer a Dios y someterle nuestra vida.

III. EL OBJETO DE LA ADORACIÓN: ¿A QUIÉN ADORAMOS?

A. El ser humano fue creado para adorar

   - El ser humano necesita adorar algo o alguien.

   - Si no adora a Dios:

     - Buscará un ídolo: un dios falso, una persona, posición, ideología, posesión, etc.

   - Siempre terminamos entregando:

     - Nuestro tiempo,

     - Nuestro honor,

     - Nuestro reconocimiento a algo o alguien.

   - Pero la Biblia enseña claramente que solo Dios debe ser el objeto de nuestra adoración.

B. En el Antiguo Testamento: se adora a Dios

1. Por su santo nombre

   - Salmo 142:7a: “Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre…”

   - Se adora a Dios por su nombre santo, por quién es Él.

2. Por su creación

   - Salmo 104:1–2: “Bendice, alma mía, a Jehová. Jehová Dios mío, mucho te has engrandecido;

      te has vestido de gloria y de magnificencia.

      El que se cubre de luz como de vestidura, que extiende los cielos como una cortina.”

   - En todo el Salmo 104 se exaltan diversas partes de la creación (luz, cielos, animales, etc.).

   - Se adora a Dios por todo lo que ha hecho.

3. Por su providencia y bondad

   - 1 Crónicas 16:34: “Aclamad a Jehová, porque él es bueno; porque su misericordia es eterna.”

   - Aquí se alaba a Dios por su bondad, su misericordia, por lo que hace a favor de su pueblo.

4. Por sus actos de salvación o redención

   - Jeremías 20:13: “Cantad a Jehová, load a Jehová, porque ha librado el alma del pobre de mano de los malignos.”

   - Se exalta a Dios por sus actos de rescate, salvación y liberación.

C. En el Nuevo Testamento: se adora también a Cristo

1. Se adora a Cristo por ser divino

   - Mateo 14:33: “Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.”

   - Después de un milagro, reconocen su divinidad y lo adoran.

2. Se adora a Cristo por su poder vencedor

   - Apocalipsis 5:12:     “…el Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.”

   - Se le adora porque fue inmolado, venció al pecado y a la muerte, y obtuvo la victoria en la cruz. 

D. Conclusión del punto

   - El objeto de la adoración es Dios en su totalidad:

     - Dios Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

   - Solo Él debe ser adorado:

     - No otra persona.

     - No otro “dios”.

     - No nada material.

   - Fuimos creados específicamente para adorar a Dios.

IV. ¿QUIÉN ADORA? ¿QUIÉN DEBE ADORAR?

A. Todos los habitantes de la tierra

   - Romanos 15:11: “Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, y magnificadle todos los pueblos.”

   - “Gentiles” aquí implica todas las naciones, junto con los judíos.

   - Es la voluntad de Dios que toda la humanidad le adore.

B. Toda la creación

   - Salmo 148:7; 150:6:  “Alabad a Jehová desde la tierra, los monstruos marinos y todos los abismos…”

     “Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya.”

   - Toda la creación (animales, naturaleza, universo entero) existe para glorificar a Dios.

   - Ilustración sobre el universo:  - A veces se argumenta: “El universo es demasiado grande para que seamos los únicos seres vivos”.

     - Ese argumento no es sólido si:  - Pensamos que el universo fue creado solo como “casa para nosotros”.  - Pero si el propósito del universo es glorificar a Dios, entonces:

       - No es demasiado grande.  - Incluso se queda pequeño para lo que Él merece.  - Nosotros no somos el centro del universo; Dios lo es. El objetivo de todo lo creado es adorar y glorificar a Dios.

C. De manera específica: el que cree

   - Juan 9:38: “Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.”

   - Contexto:  - Jesús sana al ciego de nacimiento.  - Luego, al encontrarse con Jesús y reconocerlo como el Hijo de Dios, el hombre dice: “Creo, Señor” y le adora.

   - Todos deben adorar a Dios, pero:

     - Solo el que cree en Él lo adora de manera consciente, verdadera y plena.

     - El creyente entiende quién es Dios y quién es él mismo, y responde con adoración genuina.

V. ¿CUÁL ES EL LUGAR DE LA ADORACIÓN?

A. Jesús anuncia el fin de la centralización geográfica

   - Juan 4:21: “Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.”

   - Había conflicto entre: - Judíos (templo en Jerusalén) y Samaritanos (monte Gerizim y sus altares).

   - Jesús declara que vendrá el tiempo en que no será en ese monte ni en Jerusalén.

B. En el Antiguo Testamento: santuario, tabernáculo y templo

   - Salmo 150:1: “Alabad a Dios en su santuario; alabadle en la magnificencia de su firmamento.”

   - “Santuario” = lugar donde Dios habita:

     - Tabernáculo en tiempos de Moisés.

     - Luego el templo de Salomón, lleno de la gloria de Dios.

   - Esos lugares se convirtieron en el centro de adoración, porque Dios decidió manifestar su presencia allí de manera especial.

   - Historia breve:

     - El templo de Salomón fue destruido.

     - El pueblo es llevado cautivo.

     - Tras 70 años, regresan y reconstruyen el templo (Zorobabel).

     - Ese segundo templo no fue llenado visiblemente con la gloria de Dios como el primero.

     - El profeta Hageo anuncia que ese templo recibiría una gloria mayor.

C. El cumplimiento en Cristo

   - Esa gloria mayor llega cuando Jesús viene:

     - Él “tabernaculiza” entre nosotros (habita entre nosotros).

     - Jesús mismo es el Templo de Dios entre los hombres.

     - Mientras Jesús estuvo en la tierra, Él fue el centro de la adoración, porque era Dios con nosotros.

D. Hoy: el creyente como templo del Espíritu Santo

   - Luego Jesús asciende al cielo y envía al Espíritu Santo.

   - Dios decide poner su Espíritu:

     - No en un edificio.

     - No en un templo hecho de manos.

     - Sino en los corazones de los creyentes.

   - Efesios 5:19:  “…cantando y alabando al Señor en vuestros corazones.”

   - Conclusión:

     - El centro de adoración ahora es el corazón del creyente, porque allí habita el Espíritu Santo.

     - Por eso podemos y debemos adorar a Dios en todo lugar (trabajo, escuela, casa, iglesia…) y en todo momento.

     - Somos templo del Espíritu Santo, no solo cuando estamos en las cuatro paredes del templo.

VI. ¿POR QUÉ ADORAR?

1. Porque fuimos creados para adorar

   - Isaías 43:21: “Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará.”

   - Dios nos creó para publicar sus alabanzas y darle gloria.

   - Ilustración:

     - El fabricante diseña una silla para sentarse, no para guardar libros.

     - Se le puede dar otros usos, pero no será su mejor uso.

     - Dios, nuestro Creador, nos diseñó con un propósito: adorarlo a Él.

2. Porque nosotros necesitamos la adoración, no Dios

   - Hechos 17:24–25: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas,

      ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.”

   - Dios no necesita nada:

     - Es autosuficiente.

     - No depende de nuestra adoración para ser más grande o más santo.

   - Entonces, ¿por qué pide adoración?

     - Porque a nosotros nos conviene.

     - La adoración nos ordena, nos transforma, nos hace bien.

   - Deuteronomio 10:12–13:  “…¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma;

      que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos… para que tengas prosperidad?”

   - Dios manda a su pueblo a obedecerle y servirle:

     - Eso es adoración.

     - Y lo hace “para que tengas prosperidad”, es decir, para nuestro bien.

3. Porque la adoración es la única tarea eterna de la iglesia

   - Apocalipsis 7:9–10:   “…una gran multitud… de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas… delante del trono…

      y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.”

   - En el cielo:

     - Ya no habrá evangelismo (todos serán salvos).

     - Ya no habrá misión social hacia un mundo caído.

     - Pero la adoración continuará por la eternidad.

   - Esto nos debe motivar a aprender a adorar desde ahora.

4. Porque reconocemos nuestra bajeza y la grandeza de Dios

   - Isaías 6:1–8 (resumen de la visión):

     - Isaías ve al Señor en un trono alto y sublime.

     - Los serafines dicen: “Santo, santo, santo”.

     - El lugar se estremece.

     - Isaías exclama:

       “¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios… han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.”

     - Un serafín toma un carbón encendido del altar (donde hubo sacrificio), toca los labios de Isaías y dice:

       “Es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.”

     - Dios pregunta:

       “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”

     - Isaías responde:

       “Heme aquí, envíame a mí.”

   - Enseñanzas:

     - Al ver la gloria y santidad de Dios, Isaías:

       - Reconoce su pecado y pequeñez.

       - Se ve indigno y merecedor de muerte.

     - El carbón encendido del altar apunta a un sacrificio que limpia:

       - En nuestro caso, la obra de Cristo en la cruz.

     - Ante esa gracia, la única respuesta adecuada es:

       - Adorar.

       - Decir: “Heme aquí, envíame a mí”.

   - Nuestra justicia es “trapo de inmundicia” (Isaías 64:6).

   - Cuando entendemos:

     - Quién es Dios (infinitamente santo y perfecto).

     - Quiénes somos nosotros (pecadores).

     - Lo que Él ha hecho por nosotros en Cristo.

     - La adoración se vuelve una reacción natural y necesaria.

VII. ELEMENTOS DE LA ADORACIÓN

   - “Elementos de la adoración” = cosas que forman parte de la adoración, aunque a veces no las veamos así.

   - La lista no es completa; son ejemplos bíblicos.

1. La música

   - Es lo primero que viene a la mente al hablar de “adoración y alabanza”.

   - Es un elemento importante, pero no el único.

   - Hoy solo la mencionamos; el próximo miércoles se dedicará más tiempo a:

     - La música como elemento de adoración.

     - Su relación con la alabanza.

2. Las ordenanzas: bautismo y cena del Señor

   - Son actos visibles de fe y obediencia que apuntan directamente a Cristo.

   - En el bautismo:

     - Simbolizamos la muerte y resurrección con Cristo.

     - Glorificamos a Cristo públicamente.

   - En la cena del Señor:

     - Recordamos su sacrificio en la cruz.

     - Proclamamos su muerte hasta que Él venga.

   - Son actos que proclaman la obra redentora de Jesús y, por ello, son adoración.

   - Además, son mandamientos de Cristo, y la obediencia es una forma de adorar.

3. La oración

   - 1 Corintios 14:15:  “¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento;

      cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.”

   - Pablo pone en paralelo:

     - Orar con el espíritu y con el entendimiento.

     - Cantar con el espíritu y con el entendimiento.

   - Ambos (oración y canto) aparecen en el contexto del culto y la adoración comunitaria.

   - La oración es:

     - Obediencia a Dios.

     - Dependencia de Él.

     - Por tanto, un claro elemento de adoración.

4. La lectura bíblica

   - Lucas 4:16:  “Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.”

   - Jesús participa en la costumbre de la sinagoga de leer la Escritura.

   - La lectura pública de la Biblia era parte de la adoración judía.

   - Hoy:

     - Leemos la Biblia en el culto.

     - También la leemos en casa.

   - La Biblia:

     - Nos revela el carácter de Dios.

     - Nos muestra quiénes somos.

     - Nos transforma para adorar mejor.

   - Por eso, la lectura bíblica es un elemento de adoración.

5. Los diezmos y las ofrendas

   - Deuteronomio 26:10: “Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová; y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios.”

   - En el AT:

     - Traer primicias, ofrendas agrícolas y sacrificios era parte de la adoración.

   - Hoy, aunque no traemos cosechas ni sacrificios de animales:

     - Seguimos honrando a Dios con diezmos y ofrendas.

   - Jesús también observó las ofrendas:

     - La viuda que da dos blancas (dos monedas de poco valor).

     - Jesús reconoce que ella dio todo lo que tenía.

     - Su corazón estaba realmente adorando, mientras que otros daban “de lo que les sobraba”.

   - Así, nuestras ofrendas son parte de la adoración cuando:

     - Se hacen con fe, gratitud y desprendimiento.

6. La conversación (nuestra boca)

   - Hebreos 13:15: “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.”

   - “Fruto de labios” = palabras que honran el nombre de Dios.

   - Nuestra conversación puede:

     - Edificar,

     - Honrar a Dios,

     - O lo contrario.

   - Cuando nuestra forma de hablar:

     - Es edificante.

     - Glorifica a Dios.

     - Entonces se vuelve un elemento de adoración.

   - Conecta con lo que hemos estudiado en Santiago sobre el uso de la lengua.

7. Vivir en justicia

   - Filipenses 1:9–11:  “…llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.”

   - “Frutos de justicia”:

     - Hacer lo correcto delante de Dios.

     - Vivir conforme a su voluntad.

   - Cuando vivimos de forma justa:

     - Damos gloria y alabanza a Dios.

     - Nuestra vida se convierte en una expresión continua de adoración.

8. La predicación y la enseñanza

   - Hechos 2:42: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.”

   - La iglesia primitiva perseveraba en:

     - La doctrina (enseñanza).

     - La comunión.

     - El partimiento del pan.

     - Las oraciones.

   - La enseñanza y la predicación:

     - Siempre han sido parte de la adoración, desde la sinagoga hasta la iglesia.

     - A través de ellas:

       - Reconocemos quién es Dios.

       - Reconocemos quiénes somos nosotros.

       - Respondemos con obediencia y adoración.

9. Otros posibles elementos

   - La lista podría ampliarse:

     - Poesía (como los Salmos).

     - Artes, drama, etc.

     - Comunión fraternal, compartir el pan entre hermanos (Hechos).

   - Todo lo que, bíblica y sanamente, se use para dar gloria a Dios puede ser elemento de adoración.

   - Conclusión de este punto:

     Si sumamos todos estos elementos, vemos que toda la vida del creyente debe ser adoración.

VIII. CONCLUSIONES

1. Debemos adorar solo a Dios

   - Dios Trino es el único digno de adoración.

   - Ninguna otra persona, ídolo o cosa creada.

2. Debemos adorar en todo tiempo y lugar

   - El lugar de adoración es, principalmente, el corazón, donde habita el Espíritu Santo.

   - Por tanto, en:

     - Casa, trabajo, escuela, iglesia…

     - En todo momento, podemos y debemos adorar.

3. Debemos adorar con todo lo que somos y hacemos

   - Con acciones.

   - Con palabras.

   - Con cánticos.

   - Con oración.

   - Con lectura de la Biblia.

   - Con nuestras decisiones diarias.

4. Debemos entender por qué adoramos

   - Fuimos creados para adorar.

   - Necesitamos adorar más de lo que Dios necesita que lo adoremos.

   - La adoración será nuestra tarea eterna.

   - Al ver la grandeza de Dios y nuestra pequeñez, la adoración se vuelve la respuesta más lógica y necesaria.

5. La adoración como “fiesta solemne”

   - En Levítico 23, Dios instituye las fiestas solemnes.

   - La expresión “fiesta solemne” parece contradictoria:

     - “Fiesta” suena a alegría, celebración, alborozo.

     - “Solemne” suena a seriedad, reverencia, casi como un funeral.

   - Pero Dios quiso unir ambas cosas:

     - Gozo y reverencia.

   - Aplicación:

     - Adorar a Dios debe ser una fiesta en el corazón:

       - Tenemos el privilegio de acercarnos a Él.

       - El velo fue rasgado, tenemos libre acceso por la sangre de Cristo.

     - Pero al mismo tiempo debe ser solemne:

       - Porque Dios es santo.

       - Porque no somos dignos por nosotros mismos.

       - Porque no venimos a satisfacernos, sino a honrarle a Él.

   - Podríamos decir:

     - Adoración = “fiesta solemne”.

     - Un gozo profundo, pero lleno de respeto, temor de Dios y reverencia.

6. Meta final

   - Usar bien el privilegio de adorar a Dios:

     - No darle “cualquier cosa”.

     - Darle lo mejor, con un gozo inexplicable por lo que Él ha hecho por nosotros.

   - Cuando combinamos:

     - Gozo y reverencia.

     - Fiesta y solemnidad.

   - Entonces damos a Dios una adoración como Él merece.

  Continuación:  El próximo miércoles se continuará con la segunda parte de este estudio, enfocada más específicamente en la alabanza y la música dentro de la adoración.

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