UNA FE VIVA GUARDA SU LENGUA Y HONRA A DIOS

Pastor Israel Cordovés, Jr.
Texto: Santiago 4:11–12

Introducción

Una fe viva se manifiesta en el respeto, la humildad y el dominio de la lengua. Hablar contra los hermanos es rebelarse contra la ley de Dios y usurpar Su autoridad divina. El creyente que murmura revela falta de amor, orgullo espiritual y desobediencia a la ley de Cristo.

I. Recordemos que no debemos hablar mal de los hermanos, porque es un mandato divino (v. 11a)

“Hermanos, no murmuréis los unos de los otros…”

II. Reflexionemos en que al murmurar, juzgamos la Ley de Dios (v. 11b)

“El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.”

III. Reconozcamos que al murmurar, usurpamos el lugar de Dios, Legislador y Juez (v. 12)

“Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?” 

Preguntas de reflexión para el Encuentro Celular en los hogares

  1. ¿Cómo revelan nuestras palabras la condición de nuestro corazón y nuestra relación con la ley del amor que Cristo nos enseñó?
    (Reflexiona sobre cómo hablar mal de un hermano puede ser un signo de orgullo espiritual o de falta de amor genuino.)
  2. ¿Qué actitudes debemos cultivar para honrar a Dios con nuestra lengua y evitar ocupar el lugar que solo le pertenece al Juez Divino?
    (Piensa en la humildad, el respeto, la misericordia y la edificación como frutos de una fe viva.)
  3. ¿Qué quiere Dios que aprendamos de este pasaje y cómo podemos aplicarlo en nuestras conversaciones diarias?
    (Considera cómo nuestras palabras pueden traer paz, edificación y unidad dentro de la iglesia.)

Algunas Ayudas y Datos para estudiar la Epistola de Santiago: 

 

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