Pero Jehová Dios llamó al hombre, y le preguntó: —¿Dónde estás? Gn.3:9
Hombres del Señor, no hay peor sentimiento que sentir
o escuchar que Dios nos llama y tener que esconderse porque no hemos sido
hombres fieles. Tal fue el testimonio del hombre Adán. Cuenta la historia bíblica
que luego que Adán y Eva se comieron la fruta escucharon la voz de Jehová Dios
que se paseaba en el huerto,
al aire del día. Tal historia ha de hacer sentirnos culpable. Es a menudo que
el Señor busca una relación con nosotros sus hijos y se encuentra que le hemos desobedecido
al no guardar su palabra. Peor aún es que
nos llama por nuestro nombre y se encuentra con la triste realidad de que
estamos escondiéndonos de su presencia. Si, nos escondemos porque tendemos a
vivir vidas desobedientes donde buscamos comer frutos de la vida que se ven buenos para comer, agradable a nuestros
ojos humanos y son codiciable o apetecibles para alcanzar la
sabiduría. ¡Que triste! Buscamos alimentarnos de lo que nos da la sabiduría de
este mundo, pero rechazamos el alimento de la obediencia a Dios el cual nos da
la sabiduría divina.
¿Qué hacer? Podemos escondernos y buscar excusas como el
Hombre Adán, pero Dios no espera eso de sus hombres. El quiere que aparezcamos
ante su presencia con corazones obedientes. ¡Hombres del Señor! Dios nos está llamando y si hemos desobedecido, su gracia infinita nos
perdona si nos arrepentimos. No escojamos el camino del escondite. El Señor quiere
utilizarnos en su creación. El tiene
grandes planes para utilizarnos aún en este mundo caído. ¿Qué haremos entonces?
Nos escondemos como Adán. No nos escondamos en la comodidad de nuestras vidas y
en nuestro egoísmo, sino que salgamos para decirle – “Señor aquí estamos, caídos,
fracasados y desobedientes, pero listos para experimentar restauración y ser
utilizados por ti.” Hombres salgamos de donde quiera que estemos escondidos porque
el está buscando obreros hoy. Obreros que construyan y
reconstruyan familias y hogares, obreros que trabajen en sus iglesias, obreros
que sean padres y esposos que protejan. ¡Hombres, Dios
nos está llamando! ¿Nos escondemos o
respondemos al llamado y salimos a su encuentro? ¡Quiera Dios que sea así!
¡Amén!
Meditación por el Pastor
Israel Cordovés, Jr.
Comentarios
Publicar un comentario