DOS EJEMPLOS BIBLICOS DE LA MOTIVACIÓN, ORGANIZACIÓN E INSTRUCCIÓN PARA UN EQUIPO DE TRABAJO EN LA IGLESIA LOCAL

 por el Dr. Israel Cordovés, Jr. 

INTRODUCCIÓN

            En este capítulo se propone demostrar los principios para la formación de un equipo de evangelismo mediante la exégesis de dos pasajes bíblicos.  Primeramente, analicemos un pasaje del Antiguo Testamento. Éxodo 18:1-27 está relacionado con la formación del equipo de jueces que trabajó junto a Moisés en las labores de legislación.  En segundo lugar, se plantea en Hechos 6:1-6 la elección del equipo de ayudantes de los Apóstoles como ejemplo de un pasaje en el Nuevo Testamento.  Para esto, es importante aclarar que el objetivo de esta exegesis no es hablar de la labor del evangelismo per se, si no de los principios de la formación de un equipo útil para evangelismo, educación cristiana o cualquier tipo de ministerio en la iglesia local. Considero que estos son principios universales para la labor cooperativa en la iglesia, pero sobre todo, son umbrales que emanan de la Palabra de Dios que es nuestra única regla de fe y práctica. 

            Es necesario explicar que esta glosa tiene un propósito pragmático pues el estudio consta con un acercamiento práctico para la iglesia local.  En esta exegesis aprendemos que para que un equipo sea funcional ha de tener los siguientes tres elementos: motivación, organización, e instrucción.[1] Los mismos los tratamos de utilizar en un orden lógico posible, sin dejar de reconocer que la estructura narrativa del pasaje bajo estudio no lo permitirá. Estos tres componentes los veremos a la luz de dos pasajes bíblicos para apoyar este plan bíblicamente.      

EJEMPLO NO. 1, EL EQUIPO DE LOS JUECES 

Evidencia Bíblica en el Antiguo Testamento: Éxodo 18:1-27 

            En Éxodo capítulo 18:1-27 encontramos una historia ejemplar, la cual constituye el epítome de los pasajes de Las Escrituras que nos muestran o indican los principios divinos para la formación y ensamblaje de un equipo de trabajo.  

            En este fragmento encontramos un hilo de motivación, organización e instrucción que corre por todo la narrativa.  Ellos aparecen de diferentes maneras en el pasaje bíblico en los personajes de Jetro, Moisés y los jueces.  Cada uno de ellos participa de alguno de estos aspectos, unas veces como sujetos de la acción y otras como recipientes de ella.

Motivación

La motivación es lo primero que sobresale en esta narrativa y con ella varios aspectos importantes para la formación de un equipo de trabajo motivado.  

Primeramente, está la motivación basada en la observación.  En este caso se refiere a Jetro quien fue motivado a conversar con Moisés al ver la manera en que estaba sobrecargado. Esto lo vemos claramente cuando leemos en el verso 14, Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde? (Éxodo 18:13-14).”  Jetro vio la situación de cerca. Para formar un equipo de trabajo, como veremos que resultó luego en el pueblo de Dios, se hace necesario que el liderazgo esté al tanto de la situación de la obra del Señor para poder captar la necesidad.  La principal motivación en la formación de un grupo es también el resultado de ser sensible a las necesidades del pueblo de Dios y a la obra de sus líderes.  

En ese entonces, el pueblo de Israel debe haber tenido alrededor de dos millones de habitantes, lo que de una manera conservadora pudo haber alrededor de medio millón de familias. Suponiendo que Moisés  ministrara a la décima parte de estas parentelas, lo más probable fue que aquel ministro del desierto, por decirlo así, necesitaría un mínimo de dos años trabajando unas doce horas diarias. Cuando vemos este detalle bíblico acierta lo anteriormente mencionado: el pueblo estaba delante de él “desde la mañana hasta la noche.”  Este era un problema serio ya que lógicamente era imposible que Moisés lograra alcanzar otras funciones de su ministerio como guía del pueblo. Stuart lo expresa muy bien cuando dice: 

Claramente Moisés invertía una gran proporción de su tiempo para juzgar entre disputas legales, él no podía hacer mucho más, al menos en los días en que servía como juez, y esto amenazaba su liderazgo en la nación en otras maneras.[2] 

La dificultad para resolver las necesidades del pueblo tenía un carácter doble. Una tenía que ver con el líder y su labor, la otra tenía que ver con el cansancio y disgusto del pueblo al tener que esperar para que su caso fuera atendido.  Jetro tuvo la motivación de aconsejar a su yerno Moisés.[3] 

            En el discurso que aparece en el primer capítulo de Deuteronomio, Moisés les recuerda al pueblo los primeros años del desierto  y describe como él no pudo llevar solo las cargas y las molestias del pueblo.  El pasaje dice,

En aquel tiempo yo os hablé diciendo: Yo solo no puedo llevaros. Jehová vuestro Dios os ha multiplicado, y he aquí hoy vosotros sois como las estrellas del cielo en multitud. ¡Jehová Dios de vuestros padres os haga mil veces más de lo que ahora sois, y os bendiga, como os ha prometido! ¿Cómo llevaré yo solo vuestras molestias, vuestras cargas y vuestros pleitos? Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que yo los ponga por vuestros jefes” (Deuteronomio 1:9-13). 

El trabajo de administrar la justicia requería todo el tiempo del cual él disponía, y no era lo único que tenía que hacer. La inexperiencia de Moisés es la única explicación que tenemos ante un fallo administrativo tan grande.   Parece inverosímil, ¿Pero no es así como nos sucede hoy en día en el trabajo pastoral?   Si un pastor pudiera hacer cuatro visitas misioneras durante seis días a la semana en un año de cincuenta y dos semanas solo podría hacer doscientas y ochos visitas al año.   En cualquier pequeño pueblo o área de una ciudad hay más de quinientas personas que evangelizar. ¿No es inverosímil que queramos hacer las misiones urbanas sin un equipo que haga la obra? Simplemente, como bien dice J. Alec Motyer al referirse a al consejo de Jetro, “El suegro de Moisés observo que el líder de Israel marchaba camino al fracaso con su estilo del líder que lo hace todo.”[4] 

            Muchas veces el problema está en que no se identifica la necesidad de un equipo.  Aquí hay un problema de identificación exacta y sus consecuencias.   Jetro había recién llegado y aunque no era Israelita, sino de otra cultura, fue un hombre sabio. Con solo observar un día a Moisés trabajando e impartiendo justicia, se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y las consecuencias que esto traía. Identifico debidamente el problema y sus caóticos resultados. Poniendo lo planteado en contexto, la motivación para comenzar a tomar acción cuando hay un problema en la iglesia local tiene que ver con la afectación de los líderes y de la misma iglesia. 

Moisés era un hombre educado, preparado y probablemente no le sería totalmente desconocida el área de la organización y la administración.  De alguna manera pasó por alto la experiencia adquirida durante su estancia en la corte de Faraón. Quizás los cuarenta años en el desierto, cuando estuvo trabajando de pastor de ovejas, le hicieron olvidar sus conocimientos en la administración.  Lo cierto es que no estaba haciendo bien su labor, no se daba cuenta de la dificultad que tenía ni de las consecuencias que traería esto, no fue capaz de identificar el problema. El papel motivador de Jetro es esencial porque al el darle un consejo práctico a Moisés motivándolo en la labor primordial que tenía que hacer, Moisés escucha y sigue el consejo.  Quizás Kenneth O. Gangel tiene razón cuando él dice que, “Nosotros siempre hablamos de ‘motivar a la gente’ cuando lo que en verdad se hace es facilitar sus propias motivaciones, o ponerles en contacto con las cosas que capturan la atención e interés de ellos.”[5] 

Sin duda alguna, Jetro fue el instrumento identificador del problema, lo cual es una parte esencial para poder experimentar la motivación que se necesita para formar un equipo de trabajo. Jetro fue el identificador de la dificultad. El vio el problema y pudo analizar desde el exterior el peso que estaban experimentando tanto Moisés como el pueblo (v.17). Al parecer tenía experiencia en el liderazgo de su tribu o clan, era un hombre sabio, con sentido común y compasivo al sentir la necesidad del pueblo (v.18). También fue una persona servidora y piadosa (v.19) con una enseñanza para todos (v.20), Selecciono a hombres con cualidades específicas y contenido de trabajo (v.21), procedió para trabajar en equipo (v.22) y dependió de Dios y de su voluntad (v.23). 

Organización 

En este pasaje vemos el elemento de la organización de dos maneras. Aunque Mayhue observa desde el verso 19 al 20 lo que él llama una “triple-solución”[6] pudiéramos decir que aquí se observan también principios de organización de ministerios.  

Primeramente, Jetro quien había sido el identificador del problema, como ya se expresó anteriormente, le pide a Moisés que escuche su consejo.  De esta manera podemos ver como comienza la organización en un equipo de trabajo, por un consejo. En Éxodo 18:19 escuchamos a Jetro decir, “Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios (Éxodo 18:19).” Esto es sumamente importante para comenzar a organizar algo en la iglesia, en especial cuando se forma un equipo de trabajo.  La organización comienza cuando se estructuran las prioridades.  La primera labor de Moisés era atender la situación espiritual del pueblo.  El estaba, como dice Jetro, para estar delante de Dios ante el pueblo a fin de enseñar las ordenanzas y las leyes, y para “mostrar el camino por donde debían de andar y lo que tenían que hacer” (Éxodos 18:20). En otras palabras, Moisés tenía que predicar la aplicación de la ley de Dios a la  vida de aquel pueblo. Básicamente vemos aquí un pastor que estaba ignorando parte de su misión y llamamiento pero que estaba ahora reenfocado. 

En segundo lugar, Jetro estaba completamente convencido que la manera de alcanzar a una multitud tan grande solo era posible con un equipo que se dedicara a ello; no era obra de un solo hombre.   Es aquí donde se sobresale más el elemento organización.  Contextualizando este pasaje, pudiéramos decir que un pastor tiene que estar convencido que si quiere alcanzar cosas mayores para el Señor, solo no podrá. Tiene que tener un equipo que le ayude a hacer la obra.  Jetro le dijo a Moisés, "Te agotarás del todo, tú y también este pueblo que está contigo. El trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo” (Éxodo 18:18). 

Contextualizando la exegesis, muchos buenos pastores pasan por alto esta enseñanza bíblica y por no entrenar un conjunto de líderes, ellos mismos fallecen.   Quizás como un primer paso hacia la organización es la elección de los que van a ayudar formando parte del equipo con la mente de ayudar al pastor en el ministerio de la proclamación.[7]  El pasaje, teológicamente hablando, expone a la luz que el proceso de elegir o reclutar para una labor es debido a que hay una meta que cumplir.[8] 

Jetro también tuvo compasión del pueblo aquel que pasaba largas horas esperando durante todo el día para traer su caso ante Moisés; su mirada fue como la de Jesús cuando miró a la gente y tuvo compasión de ellos (Mateo 9:36).  Notemos que la pregunta de Jetro hacia Moisés fue,  “¿Qué es esto que haces con el pueblo?” (Hechos 18:14). Esta pregunta es muy interesante pues básicamente Jetro le ha puesto el problema sobre los hombros de Moisés a tal punto que deja de entrever que culpable de lo que el pueblo vive cuando tiene un asunto legal y lo llevan a  su líder. 

Instrucción 

Aunque este elemento se parece por un momento al anterior en lo que se va a tratar, éste es más específico ya que cuando hablamos de instrucción, estamos haciendo referencia a la primera labor de Moisés, la cual era atender la situación espiritual del pueblo.  La responsabilidad de Moisés era  estar delante de Dios para enseñar las ordenanzas y las leyes, y “mostrar el camino por donde debían de andar y lo que tenían que hacer” (Éxodo 18:20).  El verbo que está traducido aquí como ‘mostrar’ en la versión Reina de Valera del 1960 es un verbo Hebreo que en verdad significa ‘amonestar’ (hT'r>h;z>hiw).  También puede ser traducido como ‘exhorta.’[9]  En otras palabras, Moisés tenía que predicar la aplicación de la ley de Dios con exhortación y esto es clave porque cuando hablamos de formar un equipo, sobre todo en el contexto latino, necesitamos mucho practicar la labor de la ‘exhortación.’  En este caso pudiéramos decir que entrenar al formar un equipo de trabajo es ‘exhortar’ al pueblo de Dios. Contextualmente hablando, vemos aquí a un pastor que estaba ignorando parte del ministerio de la exhortación como parte de la predicación de la palabra por estar solo trabajando.  

La importancia del elemento instrucción comienza en el pasaje con la manera en que Jetro enfoca el asunto.  Primeramente, Moisés tenía que atender su vida de oración y luego trabajar con la vida espiritual del pueblo al “enseñarle las ordenanzas y la leyes” (Exodo 18:20).  Todo el pueblo debía ser enseñado e instruido en las leyes que Dios había dado y que los harían un pueblo totalmente diferente a los otros pueblos si las cumplían, pero de una manera especial aquellos que formarían parte del equipo de gobierno de Moisés tenían que tener el mismo conocimiento de una manera más profunda y definida así como la manera en que tenían que obrar en la función que se les encargarían.   En términos eclesiológicos esto es clave, a fin de poder organizar una iglesia con equipos de trabajo.  La formación de un conjunto laboral, como lo veremos más adelante, va acompañado de la instrucción. 

Otro aspecto importante de la instrucción es que este tiene que ver directamente con la capacitación del mismo equipo de trabajo.    Nótese que Moisés tenía que instruir o capacitar a los líderes que el utilizaría para delegar su labor.  Cuando un líder capacita a otros para que la labor sea más efectiva, está compartiendo su poder.  En este contexto, como bien dice Gibbs al referirse al mismo pasaje, “La delegación sola no fue suficiente, tenía que estar ligada a la capacitación de otros, lo que a su vez acarreaba una pérdida del control.”[10] 

Características del Equipo de los Jueces 

Este pasaje nos habla también de la manera en que ha de estar organizado el equipo de trabajo.  Esta es una parte esencial para la formación de un equipo en una iglesia local ya que muchos fracasos en diferentes áreas de ministerios ocurren cuando estas variables no están.  En la narración leemos: 

Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo. Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar (Éxodo 18:21-23). 

Sin duda alguna, este versículo nos habla de las características de los hombres que iban a ayudar en la labor de impartir justicia junto a Moisés y de los que serían los recipientes del servicio de los jueces. Hay muchas formas de exponer las cualidades de aquellos que formarían el equipo de Moisés.  El Comentario Bíblico Mundo Hispano presenta la lista con una explicación de la manera en que aquellos hombres tenían que ser primeramente capaces, temerosos de Dios, hombres íntegros y que aborrecieran las ganancias deshonestas.[11] 

En esta exégesis se expone a continuación cuatro características que también se desprenden de este pasaje bíblico y que son necesarias para poder organizar un equipo o al menos, enseñarles las mismas, para que se preocuparan en adoptarlas: (a) Empatía, (b) intelectuales, (c) espirituales; y (d) virtudes básicas. 

Estas particularidades son elementos decisivos para formar un equipo de trabajo en una iglesia. A la vez, estas características son esenciales para formar una agrupación debido al lugar de liderazgo que ellos  tendrían. También, está la instrucción del equipo por tamaño en que serían separadas las familias, para poder ministrarlas con más efectividad. La razón por las cuales creemos que estas peculiaridades son importantes es porque ellas llevan en si la esencia del amor de Cristo para evangelizar. Cuando se forma un equipo de evangelismo o cualquier tipo de grupo para el trabajo de una iglesia local, estas propiedades son las que permitirán que se ministre con éxito. Aubrey Malphurs lo pone de la manera más hermosa cuando expresa que, “La cualificación número uno para cualquier persona en un equipo es un carácter piadoso.”[12] 

 Empatía 

Cuando Jetro dice en el verso 21 “entre todo el pueblo” (~['h'-lK'mi) parece algo innecesario, pero no lo es pues junto con el pueblo de Israel salieron otras muchas personas que también estaban en la esclavitud y existía una especie de posibilidad de que algunos fueran escogidos para jueces.  El énfasis de que fueran  “entre el pueblo” nos muestra la necesidad de buscar jueces que comprendieran y entendieran la posición de aquellos que vendrían buscando justicia. El hecho de que los jueces fueran del mismo pueblo era una ventaja ya que ellos conocían la cultura y la tradición Hebrea y esto los ayudaría a tener una empatía hacia las personas que vendrían en busca de ayuda para solucionar sus problemas.

 Contextualizando esta idea, pudiéramos decir que aquellos que formen un equipo de evangelismo tienen que ser capaces de entender a aquellas personas que van a evangelizar. Cuando no hay una verdadera empatía con aquel que necesita el evangelio, es muy probable que no entendamos la situación de las personas, y no se puede descontar que haya algún prejuicio contra ella. 

Virtudes Básicas 

El verso 21 también dice “varones de virtud.” Este primer elemento es clave en un equipo porque un hombre virtuoso, que imparte justicia, es respetado, aceptado y oído. Sus palabras tienen el crédito aun de sus enemigos que es todo lo contrario del hombre que carece de virtudes, sobre todo si tiene las llamadas “virtudes cardinales”  (prudencia, justicia, fortaleza y templanza). Los enemigos de Daniel se encontraron con una gran muralla para deshacerse de el, quien tenía una vida virtuosa de la cual no pudieron hallar ninguna falta (Daniel 6:4).  Como Daniel debía ser el tipo de hombre que formaría el equipo de Moisés.[13]  En el contexto de este estudio, también así han de ser los que forman parte del equipo de evangelismo de una iglesia. 

Espirituales 

  El verso 21 también dice “temerosos de Dios.” Las cualidades espirituales son mucho más necesarias que la capacidad intelectual de un individuo; más daño se hace y han hecho aquellos líderes que carecen de virtudes espirituales, que aquellos que carecen de intelecto brillante o educación adecuada.  El temor de Jehová es el más importante, si es que hay que escoger, entre los requisitos de la lista.   Como ya había dicho el Señor, “‘A Jehová, tu Dios, temerás, a El solo servirás y por su nombre jurarás.’ Este era precisamente el primer mandamiento, lo cual nos hace pensar la magnitud de este requisito (Deut. 6:13).” De igual manera nosotros al tratar de crear un equipo de evangelismo en la iglesia local, la primera cualidad que debemos buscar, es hombres espirituales,  neumáticos, como dice Pablo en el Nuevo Testamento. 

Confiabilidad 

El verso 21 también dice “varones de verdad.” Esta idea de hombres de verdad es muy hermosa.  Es la misma palabra que aparece en el Salmo 15:1-2, “Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón. 

Moisés necesitaba tener en su equipo hombres confiables porque se les iba a delegar y requerir autoridad desempeñando el trabajo.  Realmente aquel que quiere delegar responsabilidades tiene que usar personas confiables. Esto lo vemos tanto en aquella época como en esta. He conocido por amigos que me han comentado que tienen muy buenos negocios, pero han enfrentado la dificultad de encontrar hombres de confianza, para darles responsabilidades.   En aquellos días con un pueblo que estaba aprendiendo las leyes y mandamientos de Dios, se necesitaban hombres leales que entendieran los preceptos divinos y fueran capaces de realizar la labor encomendada.  Hombres confiables que no fueran como aquel marinero “que limpiaba la cubierta y cuando el comandante se volvía tomaba su guitarra y se ponía a tocar”  o al decir de la Palabra inspirada “no sirviendo al ojo” (Efe.6:6).  Muy ligado a la confianza tenemos a las  personas desinteresadas; que no sea avariciosa. Esto es expresado de una manera enfática cuando se menciona la palabra “odio.” Un hombre de este tipo no se puede comprar y será capaz de mantener la balanza de la justicia completamente equilibrada, sin moverse un milímetro. Lawrence O. Richard, al terminar un pequeño comentario de este pasaje que forma parte de su discusión sobre la palabra hebrea "cabeza" (yref') y su uso en el Antiguo Testamento, alega algo relacionado con el sentir de Jetro y de Moisés que pareciera ser el pensamiento en general "las cabezas de instituciones eran de esta clase de líderes."[14] Sin embargo, la palabra que aparece en este pasaje es rf; (śar), la cual se traduce como príncipe, jefe, capitán, gobernador, guardador, capitán principal, y maestro.[15] 

El Contenido del Trabajo del Equipo de los Jueces 

            Antes de dejar este pasaje antes mencionado, es necesario aludir un aspecto de la organización relacionado con el contenido de trabajo.  Esta parte no se puede pasar por alto pues el fracaso viene cuando no se conoce la misión y hay carencia de diferentes expectativas. 

            En esta historia se pueden inferir algunos elementos del contenido de la brega que no son visibles ni sistemáticos, pero que si se pueden extraer del pasaje.  La narrativa en Éxodo 18:21-23 menciona lo que Jetro le dijo a Moisés en relación con el equipo de trabajo, ““…ponlos al frente de ellos como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez, para que juzguen al pueblo en todo tiempo. Todo asunto difícil lo traerán a ti, pero ellos juzgarán todo asunto menor. Así aliviarás la carga que hay sobre ti, haciendo que otros la compartan contigo.” 

El primer factor del contenido de labor expuesto aquí es el de estar al frente de la obra junto a Moisés.  La idea de la organización, planteado por Jetro, es proveer al pueblo de un conjunto de hombres que funcionarían como jueces. Tenían que iniciar el trabajo con una organización previa, un conocimiento del lugar y la responsabilidad que ellos ocuparían en su labor a fin de alcanzar el objetivo propuesto.   El tipo de estructuración propuesto era el de una compartida y jerárquica. Los asuntos del pueblo se organizarían desde los más sencillos hasta los más complicados en que solo Moisés, con la ayuda de Dios, podría solucionar.   Dichosa es la iglesia que puede contar con un equipo de líderes capaces de desempeñar diferentes posiciones logrando un trabajo cooperativo para beneficio de la obra del Señor. 

La segunda responsabilidad o contenido de faena palpable en este pasaje que se mencionara, era que la persona líder buscara de una completa dependencia de Dios. En el versículo 23 tenemos el colofón de esta historia que nos ayuda a ver la formación de un equipo de trabajo en el evangelismo de una iglesia local. La sujeción y la confianza absoluta de cualquiera que sea la voluntad del Señor es la garantía perfecta de que los planes de cualquier persona salgan bien. En nuestros días las iglesias, las convenciones muchas veces plasman como los hombres no depositan su confianza verdadera en Dios ni esperan en El. El lugar del Señor ha sido sustituido por un tipo de organización secular y profesional; por medios modernos efectivos e increíbles. Esto es lo que han usado para llevar el evangelio y plantar iglesias en muchas ocasiones. No obstante, esto planteado no es un error, la equivocación o el  mal enfoque aparece cuando estos líderes se olvidan de que lo más importante es buscar la voluntad y dependencia de Dios a la hora de ayudar a las personas a solucionar los problemas personales. La persona en si es más importante que un medio electrónico o de comunicación. El plano físico es muchas veces crucial y determinante; no deberían sustituir al que ministra por un medio electrónico.  Si el problema es el tiempo, que entrenen a más líderes o usen personas capacitadas para que ayuden a la labor del pastor siguiendo el ejemplo Bíblico de Moisés con el empleo de los jueces. Aunque vivimos en otros tiempos modernos con una tecnología avanzada, vemos que los medios han ocupado en gran parte lo que muchas personas podrían hacer personalmente. Aun lo vemos en algunos casos de caudillos capacitados,  que por comodidad o falta de sacrificio de su tiempo personal, no lo hacen[16]. En muchas ocasiones, los adalides y siervos de Dios se acomodan y olvidan algunos parámetros bíblicos a la hora de trabajar de persona a persona. 

 Moisés fue motivado por Jetro y a la vez tenía que motivar a los jueces. También Jetro le sugirió a su yerno la manera de organizarse y una forma de instruir a sus jueces. 

Un tercer aspecto delicado del trabajo era el de llevarle los asuntos difíciles a Moisés.  El pasaje nos dice que ellos solo se hacían cargo de todos los asuntos menores y los difíciles irían directamente a Moisés.  

Resumiendo lo que hemos visto en este pasaje, podemos apreciar  que los elementos humanos que componen esta historia como Jetro, Moisés y los Jueces, muestran con su papel en la historia bíblica los factores de la motivación, la organización y la instrucción.   Estas peculiaridades se muestran de formas diferentes: como sujetos activos, como objetos o recipientes y en algunos casos como el de Moisés, con una combinación de ellos. 

            En el pasaje observamos a Jetro como alguien motivado y motivador a la vez.  En su papel de hombre sabio, líder y preocupado por el trabajo de Moisés ante el pueblo se manifiesta el aspecto de hombre motivado.  En cuanto a motivador se ve al aconsejar a Moisés impulsado por un sentimiento de inquietud y pesadumbre. Estas actitudes de Jetro se ven reflejadas en la personalidad de Moisés después en el transcurso de la historia. 

EJEMPLO NO. 2, EL EQUIPO DE LOS DIÁCONOS 

Evidencia Bíblica en el Nuevo Testamento: Hechos 6:1-7 

            Para esta parte del estudio, se ha de considerar lo que el candidato piensa que es el equipo más notorio que organizó el Apostolado en la iglesia de Jerusalén, el cual fue el equipo de los diáconos en Hechos 6.1-6.  Comenzaremos esta segunda parte de la exégesis diciendo que los Apóstoles venían de un trasfondo donde traían un estilo de trabajo agrupado.  Los catequistas, desde que el Señor los llamó para que formaran su equipo de trabajo, se habían desarrollado de una manera única.  Ellos habían experimentado todo tipo de entrenamiento relacionado con liderazgo al caminar con Jesús durante tres años de ministerio.  También vieron al Señor llamar a setenta personas  más y los envió a predicar en parejas. (Mt. 10.5-15; Mr. 6.7-13; Lc. 9.1-6).[17]    Ahora les tocó también a los Apóstoles el momento del agotamiento y la frustración al ver que ministraban en una iglesia creciente y que la magnitud del trabajo les extenuaba y resultaba en muchas ocasiones confrontaciones dentro de la iglesia. Ellos se encontraron solos trabajando y al surgir las murmuraciones  seguro se preguntaban ¿Qué hacer? – Solo una respuesta aparece clara y lógica para enfrentar dicho problema. Era necesario organizar el trabajo dirigido por un equipo de ayuda ministerial.  

Tanto los Apóstoles como la iglesia de Jerusalén tenían sus características especiales’ Diríamos que son casi únicas y nos dan algunos principios universales para las iglesias en el momento de formar un equipo de trabajo, como los que pretendemos hacer en este proyecto. Este equipo al cual nos referimos no era para evangelismo; en aquellos días esta iglesia era tan fiel que al parecer un porciento elevado de sus miembros estaba testificando del Señor y permanecían comprometidos con la gran comisión. En otras palabras, en términos de nuestra investigación, el factor motivación influenciado por una experiencia profunda y verdadera al predicar la Palabra, ya estaba presente en toda la iglesia en aquellos primeros diez años. 

El propósito de este equipo era que los apóstoles pudieran tener ayudantes que se encargaran de los asuntos del programa de ayuda a los pobres y así ellos podrían continuar con la oración y la predicación como veremos en esta sección.  Por otra parte, sin ellos saberlo, estaban añadiendo a la iglesia un equipo evangelistico a la vez.  No sabemos de todos, pero al menos sabemos que Esteban (Lucas 6.8-15 -7.1-60) y Felipe (Hechos 8.26-40) fueron fruto de este equipo. De hecho, fueron evangelistas.  Este equipo era para “servir” (διακονία) en especial a las mesas, tal como es el significado original de la palabra.[18]  La razón es porque servir es un término directamente relacionado con la caridad por la causa de otros.[19] En esta historia, eran necesarios hermanos que tuvieran el don de servir.  La dadiva relacionadas en las actividades más humildes como las que desempeñaban los criados y sirvientes la cual no era fácil encontrarlos. De hecho aún hoy en día por lo general, hay que buscar a alguien pero pagarle.  La manera en que trataron este asunto sirve para formar equipos de todo tipo en las iglesias.  

            En general, varias cosas pasaron en esta crónica que pudieran ejemplificar de una forma práctica la formación de equipos propuesto en este estudio.  Primeramente, surgió una necesidad en la iglesia que constituyó una motivación que impulsó a buscar una solución.  En segundo lugar se organizó el equipo de trabajo de acuerdo a un sistema establecido por la congregación.  Finalmente, se instruyó el equipo con sus funciones estableciéndose también las características de los que formarían este equipo de “servidores.”  

Motivación 

Siguiendo la misma línea de pensamiento que la exégesis anterior, encontramos que la motivación aparece como resultado de una crisis.[20]  En Hechos seis leemos que: “En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria” (Hechos 6:1). 

La motivación de los apóstoles estaba en la necesidad debido a un gran crecimiento de la iglesia de Jerusalén, por el conflicto divisivo por las etnias que la componían.  A esto se añadía la inevitable murmuración que surge en las iglesias muchas veces cuando los líderes no pueden cumplir con todas las demandas del ministerio. En otras palabras, el ánimo de los apóstoles tenía que ver con el crecimiento de la iglesia. Una iglesia es similar a un árbol, que por grande que sea sino tiene ramas para llevar los frutos, tendrá menos frutos que el que tiene muchas ramas. Cuando una iglesia tiene muchos líderes (ramas) siempre tendrá mayor posibilidad de tener más frutos. 

Aquel gran crecimiento necesitaba de más líderes y servidores.  De otra manera, los Apóstoles tendrían que dejar su ministerio para hacer funciones que atrasarían la misión apostólica a la cual habían sido llamados por el mismo Señor Jesucristo.  Lo anterior se ve en el verso tres cuando los Apóstoles le piden a la iglesia que busquen hermanos que sirvan en el servicio de las mesas.  Volviendo a lo ya planteado, la motivación para los apóstoles fue el conflicto divisivo por las etnias griegas y hebreas. El grupo más necesitado en la iglesia de Jerusalén estaba formado por las viudas quienes eran desatendidas en la distribución diaria, tal como dice el verso uno.  La palabra que se traduce como desatendidas (παρεθεωροῦντο)[21] significa literalmente "descuidadas."  El  pasaje también dice que era un problema diario cuando dice la expresión, "en el servicio diario" (τῇ διακονίᾳ τῇ καθημερινῇ).  El griego es más enfático ya que se refería a que era un problema diario.[22]  Estas viudas estaban probablemente desatendidas o mal tratadas debido a la tradicional actitud hacia otros pueblos extranjeros de los judíos.  Parece ser que eran las viudas que habían regresado de la diáspora porque se les llama Helinistas (~Ellhnistw/n).[23] 

Desgraciadamente, en las iglesias surgen conflictos de esa índole, aún con los apóstoles, que era sin duda alguna el mejor equipo pastoral de la historia del cristianismo.  Generalmente los conflictos y el dolor y el amor hacia los que son afectados son una motivación suficiente para aquellos que sirven al Señor en el ministerio y en el laicado igualmente. 

Otra motivación era el funesto resultado de la murmuración en el pueblo de Dios, evento que no es extraño a ninguna comunidad incluyendo las iglesias.   Estas desdichadas circunstancias no podían dejarse sin solucionar, pero un trabajo de mucho tiempo y esfuerzo  para aquellos que ya ministraban una iglesia de miles de personas necesitaba de ayuda, y la formación de un equipo se hizo necesario para los apóstoles. 

 En el versículo dos, nos encontramos una  motivación muy particular ya que claramente se ve que la razón primordial para crear el equipo era el no dejar de ministrar con la Palabra. Es una tentación muy frecuente para los ministros del evangelio dedicar mucho de su tiempo para servir “a las mesas,” para ayudar en otras esferas necesarias y buenas al pueblo de Dios.  

Organización 

            Después de estar adecuadamente motivados con razones suficientes para formar un equipo funcional, hay que emprender el proceso de la organización.  El pasaje bajo estudio muestra algunos principios prácticos para la implementación de equipos.  Cuando los Apóstoles presentaron el asunto de formar un grupo de faena para servir en la iglesia, ellos buscaron consejo de toda la multitud. El verso dos dice que, “los doce convocaron la multitud de los discípulos” lo cual es una indicación de un liderazgo maduro en el Señor.  La madurez de los apóstoles les llevó a tratar el asunto con seriedad y no con ligereza.   Un gobierno congregacional es más efectivo para la elección de líderes y formación de un equipo.  También para formar un comité o un ministerio para resolver asuntos importantes de la iglesia.  Sin duda alguna esto es significativo para el éxito de una iglesia.  Claramente el ideal democrático fue practicado por la iglesia apostólica.[24]

Es importante notar también que el número siete es sustancial en la formación de la brigada.  Probablemente la selección de los siete varones tiene que ver con la tradición judía en que siete hombres respetables administraban los negocios públicos y actuaban como concilio oficial.[25] Si esta fue la razón de la selección de siete líderes entonces no cabe duda que la cultura es un aspecto necesario para tener en cuenta en la formación del equipo de trabajo. A esto último se añade los mismos nombres de los que finalmente fueron escogidos por la iglesia; ellos reflejan la importancia de la cultura ya que todos tenían nombres griegos lo cual dice que fueron personas que podían lidiar con las dos culturas de la iglesia, los judíos y los de origen griego. 

Otro principio práctico que se desprende de este pasaje es que para hacer decisiones correctas hay que buscar el consejo de toda la congregación.   Cuando un asunto es importante en la iglesia, la opinión de la congregación es necesaria. [26] En cuanto a la organización, el consejo de muchos provee seguridad.  Como bien dice Proverbios, “Cuando falta dirección, el pueblo caerá; pero en los muchos consejeros está la victoria” (Prov. 11:14).  Resulta sabio pensar que si los apóstoles y la Escritura nos aconsejan en palabras explicitas y en actitudes reales que oigamos las leyes o los preceptos, nosotros debemos tratar de seguir estas disciplinas.  En general, lo más recomendable para formar un equipo de evangelismo en las iglesias es buscar el consejo, sugerencias y aprobación de la iglesia. De la organización de este equipo de trabajo resultó un crecimiento mayor de la iglesia. I. Howard Marshall ve en el verso siete un resultado de la organización y creación de este equipo de trabajo cuando la escritura dice, “Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe” (Hechos 6:7).[27] 

Capacitación del Equipo Diáconos 

La instrucción y capacitación de estos hermanos no aparece en ninguna parte de este pasaje, pero estaba implícita. Esto se demuestra cuando el verso tres describe el requisito de los futuros miembros del equipo como “varones llenos de fe y del Espíritu Santo.”  No sabemos cuál fue la preparación que tuvieron los siete varones que la iglesia escogió, pero si sabemos que tenían al menos el conocimiento y la capacidad espiritual y que eran sabios. 

El entrenamiento espiritual es sin duda alguna el más importante que hay que tener.  Simon J. Kistemaker lo expresa de manera simple y hermosa cuando dice, “Para el Espíritu Santo no hay separación alguna entre lo religioso y lo secular; él se da por igual a los apóstoles como a los siete varones elegidos.”[28] De la misma manera, el requerimiento de que los candidatos tenían que ser sabios nos deja ver que los mismos tenían algún tipo de conocimiento administrativo y de liderazgo suficiente para ser encomendados con la administración de un ministerio tan importante como la ayuda de las viudas (o en términos contemporáneos, ministerio de beneficencia).  De alguna manera estos hombres eran, como dice Bruce F., “competentes en la administración y también aptos para resolver sabiamente una situación en la cual había que considerar tan delicadas susceptibilidades humanas.”[29]           

Características y Cualidades del Equipo Diáconos 

Las características y cualidades del equipo de los sietes se trataron ya en cierta medida en la sección anterior bajo el título de Instrucción.   No obstante, en esta sección se especificarán cada una de las características del verso tres, ya que las mismas presentan el estándar de los futuros miembros del equipo de servidores de la iglesia.

 Buen Testimonio, 

Era de mucha importancia para aquel equipo tener creyentes como dice el texto original, ‘μαρτυρουμενους’ o como es comúnmente traducido, “buen testimonio.” Robertson traduce la palabra como “buena reputación.”[30] Esta traducción expresa muy bien la idea del pasaje pues los Apóstoles pidieron hombres que habían pasado la prueba del tiempo. Con el transcurso de esta etapa habían demostrado que eran varones de buen testimonio.[31]  F. F. Bruce al referirse a esta característica le llama “reputación honorable” lo cual recoge de una manera muy hermosa lo que los Apóstoles estaban buscando para delegar.[32] 

Llenos de Espíritu Santo y Sabiduría 

Aquí en este pasaje hay una combinación de dos características.  El hecho de que el Señor quiere en su iglesia hombres que sean llenos del Espíritu es un tema recurrente en el libro de los Hechos. Era muy importante la peculiaridad de ser llenos del Espíritu Santo (πλήρεις Πνεύματος Ἁγίου), a fin de realizar la obra del Señor. Para los apóstoles el trabajo de aquellos siete no era solo la distribución de la comida, sino la ministración en un ambiente inundado de prejuicios e injusticias.[33] A esto se le añade la ‘sabiduría’ que es un dato considerable porque para hacer un trabajo de tanta envergadura, se necesitaba la sabiduría que viene de Dios.[34] 

Contenido de Trabajo del Equipo de Diáconos 

El contenido de trabajo era simplemente “servir a las mesas” (diakonei/n trape,zaij) que no era una labor compleja, pero si era difícil. En este fragmento se usa el verbo "servir" (diakone,w) que es clave en este pasaje y que en el futuro sería muy importante en el desarrollo del trabajo y organización de las iglesias. Estos servidores estarían constantemente bajo el escrutinio de las dos facciones étnicas que estaban en conflicto así que tenían que contar con un buen carácter, con gran transparencia, y mucho tacto para hacer una labor tan sencilla como servir las mesas.  En otras palabras, esto nos da una idea del cuidado y la madurez espiritual que tenían que tener aquellos que servirían a las mesas en la Iglesia de Jerusalén. Sobre todo, que el "servir" (diakone,w) durante la comida no era algo bien visto entre los griegos ni digno.[35]   

Un equipo como el de los siete, razonaron los apóstoles, les permitiría continuar en el "ministerio de la palabra"  (th/| diakoni,a| tou/ lo,gou proskarterh,somen).[36]  Los discípulos tuvieron conciencia de ello y lo mostraron a la iglesia que los nuevos diakonos formaban también un equipo necesario.  Básicamente, en hechos capitulo seis vemos como en la iglesia unos servían las mesas y otros con la palabra, pero todos servían al Señor.  Poniendo este análisis en el contexto de este proyecto, evangelismo es diakonia. Normalmente no lo vemos así, pero el servicio del evangelio es una diakonia que es más efectiva cuando se hace en equipo.  

Conclusión 

Se ha intentado en esta exégesis demostrar como la formación de un equipo necesita la presencia de la motivación, la organización y la instrucción. En los dos pasajes examinados se ha visto que es necesario que para formar un equipo debe estar presente el incentivo en el liderazgo y que transcienda al equipo en formación.  De la misma manera la organización aparece como un elemento clave en el éxito de la meta del equipo para poder adoptar el orden.  El entrenamiento o la instrucción le dan a la cuadrilla las herramientas para trabajar.  Si estos principios se aplicaran al evangelismo y se pusieran en acción en un contexto hispano, pudieran ser muy efectivos. El llamado de este proyecto es que la iglesia forme equipos de evangelismo donde la carga de la ministración sea repartida entre todos.  

El crecimiento de la iglesia es un concepto que implica trabajo en conjunto.  La iglesia al igual que todo organismo, está diseñada para crecer.  Como tal, toda la membrecía tiene que estar envuelta en el proceso de alcanzar a otros para Cristo que conlleva al crecimiento tanto espiritual como numérico. Como expresa Lawrence O. Richards en su libro “Teología del Liderazgo de la Iglesia” al referirse a Efesios 4:13, “el proceso de crecimiento del cuerpo envuelve la contribución mutual de cada miembro para que todos puedan ser edificados y alcancen la madurez.”[37] 



[1] Hay que aclarar que la instrucción es intercambiable con el vocablo capacitación. Este aspecto es sumamente necesario porque de la instrucción correcta dependerá lo que el equipo pueda lograr.

[2] Douglas K. Stuart, Exodus: An Exegetical and Theological Exposition of Holy Scripture, vol. 2 (Nashville: Broadman and Holman, 2006), 415. 

[3] J. Alec Motyer, The Message of Exodus: The Days of Our Pilgrimage, The Bible Speaks Today Series (Downers Grove, IL: IVP Academic, 2005), 22. 

[4] Richard L. Mayhue, "Authentic Spiritual Leadership," Master's Seminary Journal 22, no. 2 (September 2011): 213-224.

[5] Kenneth O. Gangel, Team Leadership in Christian Ministry (Chicago: Moody Press, 1997), 224.

[6] Mayhue., “Authentic Spiritual Leadership,” 217. 

[7] Franklin M. Segler, "Theological Foundations for Ministry," Southwestern Journal of Theology 29, no. 2 (March 1, 1987): 30.   

[8] John Goldingay, Old Testament Theology (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2003), 216. 

[9] Francis Brown, S. R. Driver, and Charles A. Briggs, Enhanced Brown-Driver-Briggs Hebrew and English Lexicon. (Oak Harbor, WA: Logos Research Systems, 2000).

[10] Eddie Gibbs, Liderar en una Cultura de Cambios (Buenos Aires: Peniel, 2007), 111-112. 

[11] D. Carro, J. T. Poe, and R. O. Zorzoli, Comentario Bíblico Mundo Hispano Exodo, 1st ed. (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 1993), 162-163. 

[12] Aubrey Malphurs, Planting Growing Churches for the 21st Century (Grand Rapids, MI: Baker, 2004), 118. 

[13] Victor P. Hamilton, Exodus: An Exegetical Commentary (Grand Rapids: Baker, 2011), 284.

[14] Lawrence O. Richards, A Theology of Church Leadership (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1980), 16 

[15] G. G. Cohen, R. Laird Harris, Gleason L. Archer Jr., and Bruce K. Waltke, eds. Theological Wordbook of the Old Testament. (Chicago: Moody Press, 1999), 884. 

[16] Un ejemplo de lo explicado anteriormente es la personalización que la tecnología ha provocado en el liderazgo contemporáneo. En algunas ocasiones de utiliza el mensaje de texto para comunicarse con personas que se están ministrando. Con este juicio no se está criticando el uso de la tecnología a la hora de evangelizar, pero lo que queremos plantear es que no se abandone la práctica neo testamentaria de la relación interpersonal entre los creyentes. Este es un aspecto que este trabajo enfatiza para que el trabajo en esquipo que evangeliza sea más efectivo. 

[17] El candidato considera que los pasajes en los cuales envía a sus discípulos a predicar son claves para apreciar la formación de equipo y el delego en ellos.  Empero, debido al extenso material que ya se ha estado trabajando para este proyecto. El candidato decidió no incluir los pasajes antes mencionado: Mt. 10.5-15; Mr. 6.7-13; Lc. 9.1-6.

[18] James W. Thompson, "Ministry in the New Testament," Restoration Quarterly 27, no. 3 (1984): 145. 

[19] Ibid., 145. 

[20] Mikeal C. Parsons, Acts, Paideia: Commentaries on the New Testament (Grand Rapids:MI. Baker, 2008), 81-85. 

[21] Todas las referencias en griego son del Novum Testamentum Graece, 27th ed. (Nestle-Aland) (Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft, 1993). 

[22] Ben Witherington, III, The Acts of the Apostles: A Socio-Rhetorical Commentary (Grand Rapids: Eerdmans, 1998), 249. 

[23] Ibid., 249-250.

[24] J. C. Macaulay, Expository Commentary on Acts (Chicago: Moody Press, 1978), 71. 

[25] John F. Walvoord y Roy B. Zuck, El Conocimiento Bíblico, un Comentario Expositivo: Nuevo Testamento, tomo 2: San Juan, Hechos, Romanos (Puebla, México: Ediciones Las Américas, 1996), 150. 

[26] Darrell L. Bock, Acts, Baker Exegetical Commentary on the New Testament (Grand Rapids Michigan: Baker, 2007), 259. 

[27]I. Howard Marshall, The Book of Acts, The Tyndale New Testament Commentary (Grand Rapids, Michigan: Downers Grove: InterVarsity Press, 1980), 127. 

[28] Simon J. KistemakerComentario al Nuevo Testamento: Hechos. (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2007), 238. 

[29] F. F. Bruce, F. F. Hechos de los Apóstoles: Introducción, Comentarios y Notas (Grand Rapids, MI: Libros Desafio, 2007), 147. 

[30] Archibald Thomas RobertsonWord Pictures in the New Testament (Nashville, TN: Broadman Press, 1933), Logos Bible Software, under Acts 6:3. 

[31] Richard L. Mayhue, "Authentic Spiritual Leadership," Master's Seminary Journal 22, no. 2 (September 1, 2011): 218. 

[32] F. F. Bruce, Hechos de los Apóstoles: Introducción, Comentarios y Notas (Grand Rapids: Libros Desafio, 2007), 147. 

[33] Phillip W. Sell, "The Seven in Acts 6 as a Ministry Team," Bibliotheca Sacra 167, no. 665 (January-March 2010): 61.  

[34] David W. Pao, "Waiters or Preachers: Acts 6:1-7 and the Lukan Table Fellowship Motif," Journal of Biblical Literature 130, no. 1 (Spring 2011): 142.   

[35] Gerhard Kittel and Gerhard Friedrich, eds., Theological Dictionary of the New Testament (TDNT) vol. II 2 (Grand Rapids:  Eerdmans, 1971), 82. 

[36] Kurt Aland, Kurt, Matthew Black, Carlo M. Martini et al. The Greek New Testament, Fourth 4th Revised Edition rev. ed. (with Morphology), (Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft, 1993; 2006. 

[37] Lawrence O. Richards, A Theology of Church Leadership (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1980), 46.

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