Torre fortificada es el nombre de Jehovah; el justo correrá a ella y estará a salvo. RVA Proverbios 18:10
Esta semana se conmemora el decimo aniversario del atentado del 911 en el Centro del Intercambio Mundial en New York (World Trade Center). Ese día será recordado por todos nosotros en América como un día de mucho dolor por las muchas personas que perdieron sus vidas de una manera injusta. Como resultado, América y el mundo cambió ese día hasta el punto de que hoy todos tienen miedo y la preocupación número uno en las mentes de todos es el terrorismo.
Uno recuerda esas torres y no deja de asombrarse de la majestuosidad que en ellas se reflejaba. Sin duda pasaran a la historia como dos imponentes rascacielos. La revista “¡Mira!” publicó 110 datos interesantes en la edición de Octubre del 2001 sobre tales edificios y aquí copiamos cuatro de esos datos como ejemplo: (1) Un promedio de 35.000 empleados estaban frente a sus escritorios a las 9 a.m; (2) Windows of the World (Ventanas al Mundo), el restaurant que estaba arriba de uno de los dos edificios tenia la mejor colección de vinos de los Estados Unidos; (3) tenían una seguridad extraordinaria como las que son una identificación aprobada por el FBI para poder estacionarse; tomaba un promedio de 5 minutos pasar por los puestos de seguridad; habían mas de 300 cerebros electrónicos; las torres tenían su propia estación de policía; y (4) lo más interesante e irónico, a mi opinión, es que un letrero arriba aseguraba que los edificios estaban diseñados para soportar choques de aviones.
Uno mira estos datos y no deja de maravillarse. Pero también surgen muchas interrogantes sobre la seguridad porque el día en que se necesitó no funcionó. Nuestro Dios no es así, lo que El promete él lo cumple y el en su palabra nos enseña que su nombre es una torre en la cual podemos correr y estar a salvo. En Dios estamos seguros por siempre y tal seguridad está garantizada por su nombre. Nosotros los humanos fallamos pero Dios nunca falla. Escuché decir a un ingenieros de la escuela militar de West Point quien participó en la construcción de las torres la siguiente confesión, “Nosotros fallamos, cuando construimos las torres pensando en los choques de avión no pensamos en la gasolina.”
Hoy hay algo que jamás ha caído y que jamás caerá. Ese es Jehová nuestro Dios. Nosotros tenemos en Jehová lo que el Proverbista, el Rey Salomón llamo “torre fuerte.” Para Salomón el nombre de Jehová era suficiente para estar seguro. El era un rey con todas las riquezas y los poderes del mundo; sin embargo, el entendió que el imperio de su país, el Imperio que su Padre había levantado y que había alcanzado tanta gloria no era seguro. Salomón sabía que Jehová si era seguro. Y aunque el mismo no practicó la fe que profesaba tener hay una verdad y esa es que “el nombre de Jehová es nombre fuerte” y que a esa torre “correrá el justo y será levantado."
¡Quiera Dios que cada uno de nosotros y toda nuestra nación corramos a prisa hacia el nombre de nuestro Dios! Dios es la Torre fuerte en quien la nación podrá otravez ser levantada!
¡Amén!
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