Pues para esto fuisteis llamados, porque también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas.
1 Peter 2:21
Éramos niños y nos ponían a todos en unas filas muy bien organ izadas para escuchar un discurso político que duraba unos cinco minutos, luego el director de la escuela decía unas palabras de adoctrinamiento comunista. Inmediatamente, de una manera ritualista y religiosa, todos los niños gritaban el deseo de ser como uno de los “héroes” del comunismo cubano, “¡pioneros por el comunismo, seremos como el Che!” Gracias a Dios, en mi casa fui enseñado a pensar independiente y a no dejarme llevar por las masas. “-Los niños cristianos tienen que imitar a Jesús, nunca a un hombre,” -Me decian mis padres. Jamás me dijeron que no gritara, solo me enseñaron a pensar, a no confiar en las masas, ni a dejarme llevar por la presión de las gente.
Luego, cuando fui al Pre-universitario, estuve en una escuela que quedaba a pocas cuadras de la famosa Plaza de la Revolución; y recuerdo como, al menos una vez al mes, el “Comandante en Jefe,” como se le llamaba al Señor Presidente de la Republica, marchaban los estudiantes para escuchar un discurso kilométrico lleno de vanas palabras y de odio. Yo nunca fui. Bajo criticas y miradas, a veces de admiración y otras veces de desprecio, yo salía de la fila de mi grupo estudiantil para marcharme a mi casa. Gracias a Dios, me enseñaron también en mi casa, que lo que hay que escuchar es la palabra de Dios; nunca la de un hombre buscando su propia gloria y mintiéndole a un pueblo.
Cuando trasmitían en la televisión esos discursos, se escuchaba la misma letanía que escuché en mi niñez, “pioneros por el comunismo, seremos como el Che.” Crecí y jamás vi nada bueno en imitar a un hombre que, al fin y al cabo, solo enseñó y practicó el odio y el derramamiento de sangre.
Definitivamente jamás quise ser ni seré como el Che; y hoy, si grito, exclamaré con orgullo, “quiero seguir las pisadas de mi Cristo. El es todo un verdadero héroe.” Cristo nos dejó un verdadero ejemplo de amor a seguir; y así buscar la transformación de los pueblos atados por Satanás. El Che solo dejó un ejemplo de odio y rencor.
-¡Amén!
Pastor Israel
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