“…una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” -Filipenzes 3:13b-14
He aquí una filosofía de la vida digna de tomar en cuenta por lo práctica que es. El pasaje nos dice que olvidemos. Esto definitivamente es difícil. Olvidar cuando hay golpes y dolor es muy difícil. Sin embargo, la divina palabra nos exhorta a que dejemos lo que queda atrás y tal cosa no se puede hacer si no consideramos todo el pasaje como una promesa que podemos gozar ya desde hoy.
En primer lugar, en este pasaje bíblico podemos ver que dejar lo que queda atrás implica que no nos desconectamos de la realidad del mundo en que vivimos. O sea, no olvidamos nuestra condición humana del dolor y el sufrimiento. Pero si reconocemos que hay metas por alcanzar, las cuales están en Cristo. Reconocemos que no somos perfectos, pero que tales metas no son para los perfectos, sino para los que han dicho, ‘prosigo a la meta.’
En segundo lugar, este pasaje nos enseña que dejar lo que queda atrás significa tener una vida enfocada en el llamamiento de Dios. Este enfoque no significa dejar problemas a media o sin resolver, al contrario, significa que continuamos a pesar de los problemas. Y lo más hermoso, continuamos porque hay un premio único, ‘el supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.’ ¿Habrá algo más hermoso que saber que el Señor nos ha llamado a su redil y que nos continúa llamando para que prosigamos el camino y le alcancemos? - ¡Amén!
Pastor Israel Cordovés, Jr.
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