Este es un pasaje interesante porque es una respuesta del Maestro a una pregunta que ha inquietado a todos a través de los tiempos, “¿cuándo serán estas cosas y qué señal habrá de tu venida y del fin del siglo? – Preguntaban los discipulos. Ellos, querían saber cuándo acontecerían los problemas que el Señor estaba profetizando. Falsos Cristos, guerras, enfermedades, terremotos, persecución y demás, eran las cosas que el Divino maestro profetizaba en sus mensajes.
Ellos se preocupaban probablemente por la misma razon que nosotros nos preocupamos hoy. Nosotros los cristianos ‘modernos’ queremos vivir el cielo en la tierra. Osea, queremos caminar por las calles de la Jerusalén celestial sin haber caminado el camino del Gólgota. Nosotros pretendemos vivir vidas cristianas con nuestros ojos secos de lágrimas, sin experimentar el dolor de vida. Pero nada está más lejos de la verdad del mensaje de Cristo. Lo que escuchamos del maestro no es esperanzador, es más bien para molestarse con él. Cristo entregó una predicación que no era popular, unas palabras que detestamos porque implica dolor.
Sin embargo, gracias a Dios por tal divino mensaje. Sin duda alguna, Cristo no es un engañador, Cristo no es un maestro de mensajes irrealistas, mentiroso e hipócrita como el de los políticos, quienes hacen promesas que ni ellos mismos creen. Cristo tampoco es como aquellos científicos quienes ven la verdad según una agenda personal que niega la existencia del creador. Cristo tampoco es como los tantos predicadores falsos de la palabra que dominan la televisión moderna proclamando un mensaje triunfalista y de prosperidad que el mundo quiere escuchar. Cristo, simplemente nos dice las realidades que nos acontecerá y nos advierte también que lo que acontecerá es ‘principio de dolores.’
Cuando escuchamos estas noticias del Divino conocedor de todos los tiempos, nuestro amado Señor y Salvador Jesucristo, no podemos hacer otra cosa que ponernos en sus manos soberanas. El es el Señor que no solo conoce de los terremotos venideros, sino que los ha orquestado en su sola potestad para avisarnos que su llegada se acerca.
¿Estaremos listos para sobrevivir un terremoto en nuestras vidas si Su providencia así lo tilda?
- ¡Amén!
Pastor I.Cordoves, Jr.
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