LA SAL DE LA TIERRA

Pastor Rafael Mulet

Mateo 5:13

I. LA SAL ES DISTINTIVA

  • El cristiano destaca no por orgullo, sino por su testimonio y pureza.

1 Pedro 1:16 Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

II. LA SAL PRESERVA

  • Los hijos de Dios deben ser una influencia que impida que la sociedad se descomponga más rápido.

2 Tesalonicenses 2:7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.

III. LA SAL PENETRA

  • El evangelio debe llegar a donde hay necesidad, no quedarse encerrado en las iglesias.

Juan 17:15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.

Juan 17:18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.

Mateo 28:19–20 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

IV. LA SAL OTORGA SABOR

  • Tu manera de hablar y de vivir debe reflejar el sabor, el gozo y la bondad de Dios.

Colosenses 4:6 Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.

V. LA SAL SE ESPARCE

  • Cada creyente tiene un campo de acción; no todos sirven en el mismo sitio, pero todos deben influir.

Marcos 16:15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

Hechos 4:20 Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.

Hechos 8:4 Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.

VI. LA SAL NO SE PUEDE DETENER

  • Aunque haya oposición, la obra de Cristo a través de su pueblo continúa avanzando.

2 Timoteo 2:9 En el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa.

Isaías 55:10–11 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.

VII. LA FUNCIÓN DE LA SAL ES EN LA TIERRA

Mateo 5:16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Lucas 10:2 Y les decía: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.

VIII. LA MISIÓN DE LA SAL ES SALAR LA TIERRA

1. Tener sal en sí mismo.
2. Los creyentes se deben esparcir en el mundo.

Marcos 9:50 Buena es la sal; mas si la sal se hace insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos, y tened paz los unos con los otros.

IX. LA SAL CORRE SU PELIGRO: VOLVERSE INÚTIL Y DESTRUCTIVA

2 Pedro 2:20 Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero.

2 Corintios 5:10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.

Mateo 5:13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

1 Corintios 9:27 Sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.

1 Corintios 3:11–15 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.

Preguntas para el encuentro celular

1. ¿Por qué el Señor Jesucristo llamó a sus discípulos 'la sal de la tierra'?

2. ¿Cuáles son algunas de las características de la sal que deben ser propias también de los hijos de Dios?

3. ¿Qué nos puede ocurrir cuando, como sal, perdemos nuestro sabor?

4. ¿Cómo puedo aplicar a mi vida este sermón sobre la sal de la tierra?

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