Pastor Israel
Cordoves, Jr.
Pasaje Bíblico:
Juan 20:24-29
I.
VEAMOS
UN CREYENTE INCRÉDULO (O ESCÉPTICO) (JUAN 20:24-25)
“24 Pero Tomás, uno
de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 25 Le
dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no
viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los
clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.”
II.
VEAMOS
UN INCRÉDULO CONFRONTADO POR LA EVIDENCIA DIVINA (JUAN 20:26-27)
"26 Ocho días
después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó
Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a
vosotros. 27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca
tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente."
III.
VEAMOS
UN INCRÉDULO TRANSFORMADO (JUAN 20:28)
"Entonces
Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!"
IV.
VEAMOS
UN MENSAJE SOBRE LA VERDADERA FELICIDAD (JUAN 20:29)
"Jesús le
dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y
creyeron."
V.
VEAMOS
CÓMO CONOCER AL JESÚS RESUCITADO HOY PARA NO VIVIR EN INCREDULIDAD (Juan
20:30-31)
"Hizo además
Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están
escritas en este libro; pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es
el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre."
Ejemplo de una breve meditación:
Amados hermanos, en
el sermón del domingo me llamaron la atención dos ideas muy poderosas, las
cuales anoté en mi corazón y quisiera compartir con ustedes para nuestra
edificación y crecimiento espiritual.
1. La felicidad de
creer sin ver
Recordé en el mensaje que, para el Señor, la verdadera alegría —la bienaventuranza— está en creer sin haber visto. Me impactó profundamente que Jesús le dijera a Tomás: “Bienaventurados los que no vieron, y creyeron.” (Juan 20:29)
Esa bienaventuranza
es para nosotros, los que creemos sin haber visto físicamente al Cristo
resucitado. No lo tocamos como Tomás, no estuvimos allí cuando salió de la
tumba, pero nuestra fe nos conecta con esa misma victoria. Y esa fe nos da vida eterna.
Jesús nos está
diciendo que hay una bendición especial reservada para quienes confían en Él
sin necesidad de pruebas físicas. Creer en medio de la duda, en medio del dolor
o la incertidumbre, es uno de los actos más preciosos de fe que podemos
ofrecerle a nuestro Salvador.
2. Hoy tenemos
evidencias vivas de la resurrección en la Palabra de Dios
También me llamó
profundamente la atención que, aunque no vivimos en los días de Jesús
físicamente, hoy podemos conocer al Cristo resucitado gracias a las Escrituras.
Jesús dijo: “Bienaventurados los que no vieron y creyeron.” Esa expresión no es solo una enseñanza, es una promesa que atraviesa la historia. Nos recuerda que la fe tiene un valor inmenso a los ojos de Dios.
Y además, el evangelio de Juan fue escrito con este propósito: “Pero estas cosas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.” (Juan 20:31)
La Palabra de Dios
es nuestra evidencia viva. Sus promesas, el testimonio de los creyentes, las
oraciones contestadas, los milagros, y la transformación que produce en
nuestras vidas... todo esto testifica que Jesús está vivo, que su Espíritu nos
guía, y que la tumba sigue vacía.
Conclusión
Amados hermanos, no
importa si alguna vez has dudado. No importa si has pasado por momentos de
oscuridad, si tu fe se ha debilitado o si has sentido que no puedes más. Lo importante es que no te alejes de Jesús. Acércate con sinceridad, con humildad. Él sigue extendiendo su mano,
mostrándonos sus heridas de amor, recordándonos que venció la muerte para
darnos vida abundante y eterna.
Hoy Jesús también te dice: “No seas incrédulo, sino creyente.” (Juan 20:27) Y si puedes decir de corazón como Tomás: “¡Señor mío y Dios mío!”, entonces estás en el camino de la verdadera fe, la fe que salva, la fe que transforma.
-Pero veamos algunas
preguntas de las que tenemos para hoy para que todos compartamos puntos e ideas
que nos ayuden en nuestra vida cristiana.
Tres preguntas para
conversar en el encuentro celular:
1)
¿Qué
importancia tiene la confesión de Tomás "¡Señor mío y Dios mío!"?
2)
¿Qué
papel juega la Palabra de Dios en ayudarnos a creer?
3) Pregunta mas importante: ¿Qué quiere Dios que yo aprenda de este sermón o de este pasaje bíblico?
Referencia y fuente
de la Ilustración: Cuadro "La Incredulidad de Santo Tomas" por
Caravaggio (1571-1610)
(https://es.wikipedia.org/wiki/La_incredulidad_de_santo_Tomás_(Caravaggio)
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