Pastor Rafael Mulet
Josué 1:1-7
INTRODUCCIÓN: Mientras estamos vivos, por la gracia de
Dios, siempre existe la posibilidad de un nuevo comienzo; no existe la noche
sin el día, no existe un año viejo sin un año nuevo. Examinaremos una parte de
la historia bíblica con el propósito de comprender que con cada nuevo año
podemos tener un nuevo comienzo. Cuando leemos lo que aconteció con el pueblo
de Dios en esos tiempos, vemos que Dios eligió a Moisés, para liberarles de la
esclavitud en Egipto y guiarles hacia la tierra prometida. En el principio todo
el pueblo estaba bien alegre, alegres porque finalmente eran libres, pero todo
esto cambió. Este pueblo comenzó a cambiar cuando vieron que delante de ellos
existía un camino difícil. El ánimo del pueblo pronto se convirtió de gozo y
alegría a rebeldía y conspiración. Esto sucedió porque ellos meditaron más en
su pasado que en lo que estaba por venir. (Núm.14:1-4)
Fue en ese
momento que este hebreo llamado Josué les habló fuertemente a ese pueblo en
rebeldía, a ese pueblo descorazonado, a ese pueblo que a causa del camino
difícil que les esperaba había dejado de confiar en Dios (Núm.14:5-9)
I. DIOS
ESCOGIÓ A JOSUÉ COMO EL LÍDER DE SU PUEBLO. V.1-5
Podemos ver que
un nuevo día, y mejor aún, un nuevo año trae un nuevo comienzo. Estoy seguro
que Josué no tenía ni la más mínina idea que él sería ahora el líder del pueblo
de Dios, pero Dios lo eligió porque Él sabía que Josué no le iba a fallar. Lo
escogió porque Dios sabía que Josué siempre se mantendría fiel a Su palabra, lo
escogió porque Josué confiaba completamente en Él. Todo creyente fiel puede ser
usado por Dios como un líder para guiar a otros hacia la victoria sobre todo
tipo de pecado. Por cuarenta años Josué había estado al lado de Moisés, le
había escuchado y había aprendido de él. Por cuarenta años él había confiado
que Dios le hablaba a Su pueblo a través de él. Pero ahora Josué había sido
elegido para continuar con la misión que Dios había comenzado con Moisés. Josué
fue elegido para cumplir con el propósito de Dios. En el ver.2 nos dice: Mi
siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo
este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. En otras palabras,
Dios le estaba diciendo: es hora de concentrarse en el futuro, no mires hacia
atrás y procede al propósito que he elegido para todos. Esto es algo que nos
habla a nosotros tan fuerte como a ellos en ese entonces. Esto es algo que nos
dice a todos ¡con cada año nuevo existe un nuevo comienzo! Pero la pregunta es,
¿qué nuevo comienzo debemos tener? Esto es una pregunta que todos nos debemos
hacer al reflexionar en este año que recién comienza, hacernos esta pregunta
acerca de nuestras vidas personales, como nuestras vidas dentro de la iglesia,
es decir, nuestras vidas dentro del Cuerpo de Cristo. Todos debemos
preguntarnos, ¿estamos haciendo la voluntad de Dios? Esta no es una pregunta
para que me la contesten a mí, es una pregunta que nos debemos contestar a
nosotros mismos. Si somos honestos con nosotros mismos la mayoría de nosotros
reconoceremos que pudiendo hacer más por Su obra escogemos no hacerlo;
preferimos que otros hagan mientras nosotros nos encontramos cómodamente
pensando que estamos haciendo lo suficiente. Pero existen muchas cosas que
podemos hacer, y muchas cosas que tenemos que dejar en el pasado. Tenemos que
reconocer que el desánimo, la falta de amor, la lástima propia, la impaciencia,
los deseos de la carne, y todas esas otras cosas que sabemos nos apartan de la
voluntad de Dios no deben ocupar lugar en nuestras vidas. Tenemos que reconocer
que estas cosas no son nada más que ceder a los ataques del enemigo quien
quiere que no recibamos las bendiciones de Dios en nuestras vidas. Tenemos que
ser tal como Josué, estar listos para entrar en la tierra prometida,
levantarnos y atravesar ese Jordán que nos separa de la tierra que Dios ha
escogido para nosotros. Estar listos y entrar donde Dios quiere que habitemos,
tenemos que entrar en la voluntad de Dios, movernos siempre en Su voluntad y no
en la nuestra (Is. 55:8: Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se
dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será
tu retaguardia). El camino puede ser en ocasiones difícil; tendremos pruebas
que atravesar, tendremos dificultades, pero también tendremos la victoria
total. Dios nos ha llamado a movernos a un lugar nuevo; cuando aceptamos a
Jesús como nuestro Rey y Salvador, Dios nos llama a un nuevo comienzo (2 Co.
5:17).
Dios le dijo a
Josué en v, 3,4. Fíjense bien que ellos no habían entrado en esa tierra
todavía, pero Dios le dijo; "Yo os he entregado." En otras palabras
ya estaba todo hecho. Dios nos dice lo mismo a nosotros hoy en día. Dios envió
a su hijo unigénito para que muriese por nuestros pecados (Jn. 3:16), para que
nosotros hoy en día podamos ser llamados hijos de Dios (1 Jn. 3:1-2), para que
nosotros hoy en día vivamos en Su reino.
Como el pueblo de
Dios que somos es hora de empezar a caminar en Su voluntad. No podemos permitir
que el enemigo tome ni un centímetro de la tierra que Dios nos ha prometido y
entregado. No podemos permitir que ni siquiera se acerque a nuestros alrededores.
Tenemos que caminar en el reino de Dios con la autoridad y el derecho que Él
nos ha dado en Lc. 10:19.
Tenemos que
atacar al enemigo y sacarle de nuestro territorio (nuestro yo, nuestra carne,
el mundo y satanás) ¿Qué territorio nos ha entregado Dios? Él nos ha entregado
nuestros hogares, nuestros barrios, esta ciudad, todo lugar que pisen nuestros
pies. El enemigo no tiene derecho alguno de estar presente en nuestra familia,
ni en nuestros hogares, ni en nuestros trabajos. El enemigo no tiene potestad
alguna de habitar en nuestras mentes o en nuestras conciencias. El enemigo no
tiene potestad alguna sobre el pueblo de Dios. El enemigo no tiene esperanza
alguna de poder vencernos.
En el V.5
Dios le aseguró
que nunca les dejaría, que siempre estaría a su lado, que la victoria sobre sus
enemigos Él ya se las había entregado. Dios nos habla a nosotros de la misma
manera. Dios nos entregó la victoria (Jn. 16:33).
Dios nunca nos
abandona, Él envió al Espíritu Santo para que more en nosotros para siempre (Jn
14:16-18)
¡Ningún enemigo tiene esperanza alguna de
poder derrotarnos! Pero para que esto suceda existe algo que tenemos que hacer.
¡Tenemos que esforzarnos y ser valientes!
II. ESFUÉRZATE
Y SÉ VALIENTE. V.6,7
Dios le dijo esto
a Josué porque este pueblo estaba a punto de cruzar el Jordán y entrar en una
tierra donde estarían rodeados de enemigos. En una tierra donde los números del
enemigo eran mucho más grande que ellos. Reconozcamos algo aquí en estos versículos
de suma importancia, Dios le dijo V.6: Esfuérzate y sé valiente. Esto le dejó
saber a Josué que existirían batallas que tendría que luchar, que existirían
decisiones que tendría que hacer, que existirían dificultades que tendría que
atravesar, que existirían oposiciones que tenía que conquistar. No sería el
acto de cruzar el Jordán y todo se terminaría, ellos tendrían que luchar y
batallar en contra de ese enemigo de fuerza superior. Pero, ¿qué nos dice esto
a nosotros? Josué repartiría la tierra que Dios le había prometido a sus
padres, nosotros somos responsables de repartir la promesa de Jesús para el ser
humano (Jn. 14:2), esto lo hacemos al evangelizar y llevar Su Palabra. Estos
versículos aquí nos dicen a nosotros claramente que como el pueblo escogido de
Dios que somos, todos tenemos una misión que cumplir (1 Pe. 2:9-10) ¡Con cada
año nuevo existe un nuevo comienzo! No estamos llamados a sentarnos en las
sillas y los bancos de las iglesias, estamos llamados a predicar el evangelio
(Mt. 28:19). En este mundo en que vivimos, tal como en el caso de Josué, las
fuerzas del enemigo aparentan ser mucho más superiores a las nuestras. Solo
tenemos que pensar en esto por unos momentos y veremos que esta es la verdad.
Este mundo está lleno de personas malvadas, de personas con malos sentimientos,
de personas que nos atacan y critican en todo momento, de personas que se dejan
usar por los poderes del enemigo para hacer nuestras vidas imposibles. Personas
que nos hieren, nos molestan, nos critican y hasta nos juzgan en momentos
determinados. Pero recordemos al vernos enfrentados ante tal situación que ese
es el momento de esforzarnos y ser valientes; recordemos que Dios nos ha
escogido para que llevemos y vivamos Su mensaje. (Efe. 6: 12)
No se predisponga
contra las personas, no les desee venganza, ÁMELAS. Recordemos que Jesús no
vino al mundo en busca del justo, Él vino al mundo en busca del pecador (Lc.
5:32). Recordemos que nosotros también fuimos iguales o peores, pero que
alguien se esforzó y fue valiente, que alguien nos ministró, oró por nosotros,
nos predicó el Evangelio. No podemos dejarnos intimidar porque el enemigo
aparente ser más poderoso que nosotros, porque la realidad del caso es que no
lo es, y nunca lo será (1 Jn. 4:4). Como el pueblo de Dios que somos tenemos la
promesa que la guerra entre los poderes de la tinieblas y Dios ya fue vencida,
y el vencedor se llama Cristo Jesús. Tenemos que acordarnos que tal como Josué
fue elegido de entre muchos, Dios nos eligió de entre muchos en este mundo para
que seamos embajadores de Su reino y llamemos a los pecadores al
arrepentimiento (2 Co. 5:20).
CONCLUSIONES: Con cada año nuevo existe un nuevo
comienzo. Si queremos ser bendecidos, si queremos recibir la bendiciones que
Dios tiene para nosotros a diario, entonces tenemos que asegurarnos de
mantenernos en Su voluntad en todo momento. Para vivir vidas gozosas tenemos
que asegurarnos de ser obedientes. Tenemos que esforzarnos y ser muy valientes,
tenemos que estar dispuestos a cruzar ese Jordán con las fuertes corrientes en
contra. Como iglesia si queremos prosperar, entonces, tal como este pueblo se
enfrentó a los enemigos que existían en esa tierra, nosotros tenemos que
enfrentarnos a esos ejércitos que atacan nuestras vidas. Esos ejércitos de
apatía, y pereza. Tenemos que enfrentarnos a nuestras faltas y pecados. Tenemos
que enfrentarnos a esos ejércitos de desánimo y depresión. Tenemos que
enfrentarnos sabiendo que Cristo está con nosotros y que no existe nada que sea
superior a Él. En el vr. 9 de este primer capítulo del libro de Josué dice:
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes,
porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. ¡Con cada
año nuevo existe un nuevo comienzo! Qué hemos de hacer al comenzar el nuevo
año? Haz hoy un compromiso con Cristo, haz hoy un nuevo comienzo. El pasado no
importa, lo que importa está por venir, lo que importa es el ahora. Recordemos,
con cada año nuevo existe un nuevo comienzo. ¡Comienza hoy!
Dios nos bendiga. Amén.
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