Pastor Israel Cordoves
Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio
del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y
llamarás su nombre Emanuel, Mt 1:23
¿Has meditado alguna vez en el contexto histórico de este
pasaje del profeta Isaías que fue citado por el evangelista Mateo? Cuando
finalmente entendemos algo en nuestras vidas, ¿Verdad que decimos, -“Ah, ya
entiendo,” o “Ahora si tiene sentido?” Muy parecida es la reacción del
evangelista Mateo cuando cita a Isaías 7:14. Un pasaje clásico sobre una virgen
misteriosa que sería de evidencia para ciertas profecías que se cumplirían en
tiempos de Isaías, cuando el Rey Acaz era amenazado por Rezín rey de Siria
y Peka, rey de Israel. Era un tiempo de amenaza y conmoción social donde Judá pensaba
que sería destruida. Pero la promesa de Dios fue escuchada en voz del Profeta
Isaías quien profetizó victoria. La profecía era una promesa. Se refería a una
misteriosa virgen que tendría un bebe al cual le llamarían Emanuel, que
significa, “Dios con nosotros.”
Mateo y los cristianos del primer siglo entendieron que
esa profecía tenía un alcance eterno, no solo para el pueblo que había sido
amenazado por naciones perversas y enemigas, para las futuras generaciones
también. La razón era simple, Dios está con nosotros cuando nada tiene sentido.
Los cristianos del primer siglo, viviendo en un tiempo de tanta persecución y
dolor causado por un imperio perverso como lo era el Imperio Romano, podían
descansar en la promesa antigua de que Dios estaba con ellos. Cuando ellos
recordaban el nacimiento de Cristo, lo tenían en sus mentes la promesa bíblica
de que aquel niño llegó a este mundo para que Dios estuviera con nosotros.
Las navidades tienen este aspecto practico en la teología
en el cual podemos recordar que, en los tiempos difíciles, la llegada de Cristo
a este mundo era la llegada del mismo Dios para estar con nosotros. ¿Entiendes
ahora? Todo esto aconteció para que podamos decir hoy que Dios está
con nosotros. ¡Enmanuel!
¡Amen!
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