¡Qué motivo de
gratitud tan hermoso! De los creyentes en Roma se escuchaba en todo el mundo
grandes cosas sobre la fe que ellos tenían y practicaban. Esta era una fe que pudiera implicar tanto
sus creencias y doctrina como el estilo de vida de fe que ellos tenían. Es un motivo de tristeza cuando se escucha de
nosotros que no tenemos una buena creencia o práctica. Pero que hermoso que se anuncie, digan,
proclamen, o cuenten cosas buenas sobre nuestra fe.
Muchos creyentes
viven la vida cristiana bajo la filosofía de hacer lo que deseen y que la gente
diga lo que digan. Tal expresión se ve muy piadosa, pero la
realidad es que no resulta en un testimonio edificante. En las escrituras
leemos que sí importa lo que se diga de nosotros porque edifica a los demás hijos
a hijas de Dios. A menudo lo malo y morboso que hacen otros cristianos es lo
que más se escucha (sobre todo en los medios sociales), pero no hay nada más
hermoso que tengamos y vivamos una fe tal que se divulgue por todo el mundo e
inspire a que sea un motivo de gratitud a Dios.
Oración: Señor perdóname por las muchas ocasiones en que no he puesto
atención a la fe que creo y practico. Te suplico que yo viva una fe tal, que cuando hablen de mí, que sea un buen testimonio de lo que tú haces en mi vida.
¡Amén!
Pastor Israel.
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