Nadie pone parche de tela nueva en vestido viejo, porque el parche tira del vestido y la rotura se hace peor. RVA Mateo 9:16 (Marcos 2:21; Lucas 5: 36)
A menudo queremos utilizar el cristianismo como un parche en el cual tratamos de acotejar nuestra vida con curas artificiales.
Este pasaje, sin embargo, nos ensena que el cristianismo no es un parche. La nueva fe que trajo el Mesías era una fe radical que conlleva a cambios. Notemos que en estas palabras del maestro, se nos dice lo que nadie hace. Nadie repara un vestido viejo con un parche de tela, ni aunque este sea un pedazo de tela nueva. Cuando nuestras vidas cristianas está afectada por nuestro carácter, manera de actuar, pensamientos malos, pesimismos de derrota, deseos pecaminoso, palabras ofensivas, deseos de pecar, o cualquier otra cosa; pues hemos de buscar nuestra dependencia total en Dios para experimentemos un cambio completo.
En la vida cristiana no podemos vivir de las reparaciones, sino que hemos de buscar la sanidad completa para nuestras almas agobiadas. El mundo de hoy quiere curas superficiales así como el pueblo de Dios en el tiempo de Jeremía que vivía del quebranto superficial (Jer. 6:14; 8:11) y no de una verdadera paz con Dios.
No hagamos lo malo pensando que nuestras vidas serán bendecidas en Cristo. No hagamos lo malo y luego tratemos de hacer reparaciones en nuestras vidas. No vivamos vidas cristianas mescladas con una vida pagana y mundana. Nuestras vidas han de reflejar que hemos sido revestidos del Señor Jesucristo y que por lo tanto las ropas viejas las hemos tirado a la basura y no queremos ropa religiosa antigua reparada. Pongámonos los vestidos nuevos de Jesucristo, que cubren nuestras almas en vida victoriosa y que no necesitan parchos. Vivamos vidas completamente restauradas en Cristo. No busquemos reparar lo malo que hacemos de una manera simple porque luego la rotura de nuestra vida se hace peor. -¡Amén!
Pastor Israel Cordovés, Jr.
Comentarios
Publicar un comentario